Roban dos cheques a un cura y cobran 8.700 euros de una cuenta de la iglesia

Un talonario en el cajón de un escritorio en la casa parroquial de la iglesia de San Antonio de Padua, en el barrio capitalino de Ciudad Jardín, se convirtió en la particular arma del delito. Una firma falsificada en el cheque nominativo fue suficiente argumento para que los delincuentes se hicieran con un botín de 8.700 euros perteneciente a la parroquia.

El suceso se produjo en los primeros días del mes de febrero, aunque se desconoce la fecha exacta del robo. La Policía Nacional de Almería ha detenido a dos jóvenes identificados como M. A. T. de 21 años y J. A. L. de 28 años y busca a un tercer sospechoso como presuntos responsables del desfalco.

La investigación corresponde al Grupo VI de la Policía Nacional. El párroco denunció el robo el 11 de febrero tras un aviso emitido por el responsable de una sucursal bancaria donde la iglesia tenía su cuenta corriente. Según su relato, los días 5 y 6 de febrero, dos jóvenes se presentaron en la oficina para cobrar sendos cheques nominativos emitidos supuestamente por la iglesia, firmados por su responsable. En total, el reintegro suponía 8.700 euros (dos pagos de 4.350 euros).

La Policía Nacional inició una investigación sobre los hechos con la colaboración de la entidad bancaria y no tardó en identificar a los sospechosos. Ambos tienen antecedentes penales y son “viejos conocidos”. Han participado en varios delitos contra el patrimonio y violencia de género.

El viajero
Los agentes cercaron a M. A. T. y a J. A. L. en sus propios domicilios. Fueron arrestados y trasladados a la Comisaría Provincial de la Policía Nacional para la toma de declaración.

Sin embargo, la operación no estaba completa. Los sospechosos eran sólo parte del golpe y el ideólogo permanecía desaparecido. “Esta tercera persona considerada el “cerebro” de la banda, cumplimentó los cheques, falsificó las firmas y los mando cobrar para posteriormente huir del país con todo el botín”, señala la Comisaría Provincial de Almería.

Este varón habría tomado un avión hacia Suecia en las horas posteriores a la obtención del dinero y es el principal sospechoso del asalto a la parroquia, aunque no el brazo ejecutor del robo en las instalaciones.

Para convencer a los delincuentes del plan y del cobro de los cheques en la sucursal bancaria les prometió un pago de 300 euros a cada uno. Necesitaba a personas dispuestas a presentarse en un banco para cobrar los talones, porque se requiere una identificación personal y la firma de los receptores antes de conseguir el dinero. De este modo, intentó borrar su rastro ante la inevitable investigación de la Policía Nacional. Ahora se encuentra en busca y captura. La investigación continúa abierta.