Arranca el juicio por el doble crimen de Costacabana con cuatro acusados

El caso enfrenta a miembros de una misma familia dividida entre víctimas y presuntos agresores

Lugar del crimen en la calle Amazonas de Costacabana.
Lugar del crimen en la calle Amazonas de Costacabana.
Javier Pajarón
07:00 • 05 abr. 2015

Bernardo Santiago de 58 años de edad y su hijo José Santiago de 33 murieron tiroteados a las puertas de su casa en la calle Amazonas (Almería) la madrugada del 27 de julio de 2012. Apenas pusieron un pie fuera del coche, los disparos descerrajados a una corta distancia abatieron a ambos.




Casi tres años después del doble crimen de Costacabana, un jurado popular examinará durante las próximas cuatro semanas en la Audiencia Provincial de Almería a cuatro familiares de las víctimas acusados de delitos de asesinato. Se enfrentan a penas de 40 años de prisión, así como el pago importantes indemnizaciones económicas.




El cronograma de las sesiones prevé el inicio del juicio este lunes con la selección de los miembros del jurado popular, mientras el veredicto, salvo imprevistos, se conocerá en la primera semana del mes de mayo.




El caso enfrenta a los miembros de una misma familia divida por el oscuro suceso. Víctimas y presuntos agresores residían en dos viviendas colindantes junto al Paseo Marítimo de Costacabana, se habían criado juntos y compartían negocios de hostelería y en el sector inmobiliario. Los acusados son Baldomero S. y sus tres hijos. Baldomero y el fallecido Bernardo Santiago eran hermanos.




La acusación particular estará representada por el letrado Marcos García-Montes, conocido por su participación en asuntos como el Caso Wanninkhof, el Caso Filesa o el caso del preso español retenido en base estadounidense en Guantánamo. El abogado asumió la acusación del doble crimen de Costacabana hace sólo unas semanas y afronta el reto de demostrar la implicación de los cuatro acusados en un plan para acabar con la vida de Bernardo y José Santiago.




 




Fiscalía y defensas




Por su parte, la Fiscalía mantiene una posición sustancialmente distinta y acusa únicamente a Baldomero y a uno de sus hijos. Considera, por tanto, que los dos imputados restantes no tuvieron conocimiento de la agresión ni encubrieron a sus familiares directos. Será, sin duda, motivo de controversia a lo largo de las sesiones del juicio oral.


Finalmente, las defensas cuentan con conocidos penalistas como Mónica Moya y Aquilino Garfias y mantienen posiciones diversas según el rol de los procesados. ¿Dónde estaban y qué hicieron a las 3.30 horas del 27 de julio? Sobre este eje pivotará el juicio.


No en vano, desde el momento del crimen hasta el arresto de los principales sospechosos, atrincherados en el interior de su casa, pasaron varias horas. Los casquillos fueron retirados y ninguno dio positivo en las pruebas de la parafina (restos tras el disparo). Por tanto, durante el juicio se tratará de aclarar quién (o quiénes) disparó y si existía un plan determinado previo. 


Las acusaciones creen que el relato de los testigos y los informes elaborados por la Policía Nacional acreditan una preparación del ataque, motivado presuntamente por desavenencias económicas por la gestión de negocios comunes. Mientras, las defensas estiman que no existía tal plan y apelan a la ausencia de testigos directos de los disparos para dilucidar el autor material, según su versión.


 


Testigos y pruebas


Están citados a declarar durante el juicio los agentes de la Policía Nacional que actuaron en un incidente previo a las muertes, un suceso acaecido en el pub regentado por la hija del fallecido Bernardo Santiago sólo tres horas antes de los disparos.


También testificarán los agentes de la UDEV de la Policía Nacional de Almería encargados de la investigación y captura de los presuntos asesinos, los forenses del Instituto de Medicina Legal de Almería y los facultativos del Instituto Nacional de Toxicología. Entre los testigos llamados a la sala se encuentran media docena de familiares de las víctimas y vecinos de Costacabana.


Serán igualmente determinantes los informes de balística elaborados por la Policía Científica de la Comisaría Provincial de Almería para determinar la posición de los autores de los disparos y las posibilidades de defensa o refugio de las víctimas, un elemento que en última instancia puede determinar la diferencia entre delitos de asesinato u homicidio. 


Todos estos ingredientes se mezclan en un cóctel judicial para dilucidar una de las páginas más oscuras de la crónica negra de Almería. La decisión tardará un mes, aunque, pase lo que pase, habrá de recursos.



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