Los trabajadores municipales ya tenían casi listo el escenario en el que se iba a desarrollar el último acto de la tragicomedia en la que se ha convertido la formación de la Corporación en la capital tras la escenificación de las negociaciones.
Todo estaba tranquilo hasta que una llamada a la prensa convocando 45 minutos antes de la toma de posesión a las puertas del edificio por parte de Ciudadanos levantaba la polvareda que deja un cambio de sentido en un camino.
En el auditorio se confirmaba la noticia, Ciudadanos se abstendría y el alcalde sería Luis Rogelio Rodríguez-Comendador en minoría a pesar del pacto firmado por la formación naranja y el PSOE el día anterior, y el respaldo de IU en asamblea para que el bastón de mando ayer fuera para Juan Carlos Pérez Navas.
Los corrillos no hablaban de otra cosa, y entre los ciudadanos presentes en el público que en su mayoría había acudido a respaldar al socialista, el cambio sentó muy mal aunque cumplieron su misión recibiendo con gritos de “alcalde, alcalde” a Pérez Navas a su llegada.
Desarrollo
Empieza el acto con la constitución de la mesa de edad formada por Rafael Esteban (IU) como el mayor y Carlos Sánchez (PP) como el más joven.
Llega el momento de jurar o prometer el acta de concejal. Tres fueron los momentos culmen, el de Pérez Navas rodeado de aplausos, el de Amalia Román que siguiendo el patrón de hace 4 años de Vanesa Segura prometió “por imperativo legal y como ciudadana republicana” su cargo. Pero sin duda lo más llamativo fue la de jura de Miguel Cazorla rodeada de abucheos, interrupciones y de lágrimas de su familia entre el público.
La secuencia del acto continuó con la presentación de candidaturas por parte de Pérez Navas y Rodríguez-Comendador. Ambos leyeron sus discursos de petición del voto envueltos en la tensión de comprobar si la votación posterior traía aún más sorpresas de las que ya había deparado la mañana.
Finalmente la abstención de Ciudadanos permitió que Luis Rogelio Rodríguez-Comendador fuera nombrado alcalde por cuarta vez, con minoría en el salón de plenos, recibiendo el bastón de mando de manos de Rafael Esteban, primera vez que lo recibe desde la oposición.
Tras consumarse la sorpresa, los ‘noes’ con la mano de Cazorla cuando iba a votar entre pitos, y la elección el regidor, el auditorio quedó casi sin público. Y así, ya en silencio, pronunció el discurso de investidura el alcalde y colocó las medallas a los nuevos concejales de la Corporación.
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