Almería es vagón de cola tras 120 años de la  llegada del primer tren

Hoy es una fecha señalada para Almería, aunque pase desapercibida casi cada año. Se cumplen 120 de la llegada del tren a Almería. En concreto de la línea que conectaba Almería con Guadix. Desde entonces y hasta ahora, la provincia no ha sido precisamente la más comunicada por ferrocarril y aún está pendiente de la conexión con Murcia, con la que nunca ha estado comunicada por vía, a pesar de que el AVE viene anunciándose y retrasándose desde hace años.

Un grupo de almerienses desencantados con la situación, aprovechando la que consideran una “catastrófica situación de los servicios ferroviarios en la provincia” han creado una plataforma que bajo el nombre de ‘Califal’ (Contra el abandono de las líneas ferroviarias almerienses) nace para denunciarlo y también para valorar las propuestas que desde las administraciones y entidades responsables se hagan sobre el asunto. En apenas unos pocos días tiene ya unos 500 seguidores. A la cabeza están conocidos almerienses como Andrés Sánchez Picón, doctor en Historia Económica por la Universidad de Granada y Catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Almería.

En su momento la llegada del ferrocarril fue entendida por los almerienses como “símbolo indiscutible de progreso” y significaba una ayuda para “superar el secular aislamiento que había condenado a esta tierra”, afirma el experto, que insta a todos los almerienses a sumarse a Califal y no solo para reivindicar la llegada del traído y llevado AVE, sino también para denunciar lo que podría calificarse como un desmantelamiento ferroviario.

Según Sánchez Picón, “estamos peor que nunca”. “La destrucción de equipamientos ferroviarios en Almería ha sido impresionante en el último medio siglo, hasta el punto de que tenemos una red ferroviaria con una extensión que no alcanza ni el 50 por 100 de la que existía hace un siglo, mientras que se han desactivado varios servicios del trazado superviviente”, refiriéndose al expreso nocturno o el trayecto a Barcelona, entre otras pérdidas.

De los daños económicos que esa situación ocasiona a la provincia, ya han dado cuenta las organizaciones empresariales de la provincia en más de una ocasión. Sin embargo, según Sánchez, las cosas empeoran cuando “los viajeros hasta  y desde Sevilla, tienen que soportar un penoso transbordo en autobús entre Granada y Antequera; las distancias horarias se mantienen o se alargan, y las inversiones para la incorporación a la alta velocidad llevan casi cuatro años paradas”.

Al grito de “Paisanos, ¡sacudámonos la modorra!, desde Califal critican la “cadena de excusas y dilaciones” de los responsables del “desafuero” y les pide que reconozcan pública y claramente que “el AVE no llegará nunca a esta provincia o que lo hará en fecha imposible de determinar o que el proyecto caerá víctima de los nuevos criterios de la planificación ferroviaria”.

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