La broma es inevitable, y suena a humor negro: el alcalde admite no haber logrado prohibir el calor. En otros campos sí cree que podrá sacar adelante ambiciosos proyectos.
Con éste, son ya cuatro mandatos. ¿La ilusión es la misma?
Puede parecer a primera vista que no, pero hay cosas en la vida que acrecientan el cariño. A más roce, más cariño se adquiere, y el cariño es un tipo de ilusión.
Cuarta investidura y... la más sonada. ¿Cómo se sintió en aquellas 24 horas?
Yo desalojé el despacho de mis objetos personales, aunque ni tenía ni tengo muchos: una foto de mi hija, otra de mi abuelo... Todo se quedó preparado para Pérez Navas. Y di instrucciones de lo mismo a mis concejales.
Ser alcalde no es haber ganado una oposición. Es un préstamo que le dan a uno los ciudadanos, y que ellos se lo quitan.
¿No cree que fue todo un poco esperpéntico?
Sí. Ciertamente no fue razonable. Se dio un espectáculo un poco extraño. Habían dicho que iban a abstenerse en favor del mayoritario, y del PP yo era el segundo alcalde de capital de provincia más votado de España.
¿Ha quedado herida su relación con el concejal Cazorla?
Queda un punto de desconfianza que hay que recomponer. Somos humanos, no máquinas, y es así. Con hechos, con gestos, se irá logrando.
¿A qué se ha debido en su opinión ese meneo electoral al PP en toda España?
Algo hemos hecho mal, es evidente. En situaciones tan especiales como la que hemos vivido con la crisis, el gobierno sufre. Y los casos de corrupción nos han hecho más daño que a los otros partidos.
¿No considera comprensible esa hartura ciudadana por tanto caso Gürtel, tanto caso ERE, tanto Bárcena, tanta familia Pujol, etc., etc.?
Sí, es lógico y razonable que seres humanos que están sufriendo situaciones angustiosas se indignen con esa élite (entre comillas) que se lo ha llevado crudo. Lo sensato es estar hasta las narices. Lo comprendo y lo justifico.
¿Y no le extrañaría más indignación aún con informaciones como la de los sueldos en este ayuntamiento?
La transparencia tiene estos costes. La verdad es la que es, y lo que espero es que se publiquen todos los sueldos, también los de los delegados, y que cada cual asuma su responsabilidad.
Dicho esto, hay que pensar que quien se dedica completamente a la gestión, también ha de tener un salario digno. Y hay que decir, también, que en situaciones como la que estamos viviendo cuesta más explicarlo.
¿Cree que va a repetirse un resultado electoral parecido en las generales?
Nunca se sabe. Creo que con la democracia España ha vivido el mejor momento de su historia, y estos años se han sustentado en dos patas, la del centroizquierda y la del centroderecha, como en cualquier democracia occidental consolidada. Unas veces solas y otras con apoyos, ellas han mantenido el equilibrio de la alternancia.
Pero en momentos como éste, tan duros para las clases populares y las clases medias, surgen partidos, a veces con buenas ideas, que al final lo que pretenden es sustituir a lo que llaman casta, y se hacen casta.
Otra cosa es que no viene mal el aldabonazo. Nos obliga a bajar a la calle. Los munícipes sí lo hemos hecho, es nuestra ventaja, pero en otras administraciones se sale poco del despacho.
Si el resultado de las generales fuese parecido al de las municipales, ¿cree que PP y PSOE deberían formar una gran coalición, como en Alemania?
En caso de necesidad esa gran coalición sería conveniente para el país. Habría que intentar pactar un programa con todo lo que nos une, que es mucho, y sería para un momento puntual. A Alemania no le ha ido mal.
Nadie duda de que Almería ha cambiado, pero existe la sensación de que hay una clara descompensación entre el centro y los barrios.
En todos los barrios ha habido inversiones, pero es cierto que hay descompensaciones. En estos cuatro años que empezamos ahora, salvo el proyecto Puerto-Ciudad, el grueso va a ser un plan de barrios para compensar inversiones.
Tenemos que llevar a cabo actuaciones pendientes para que esa ciudad más uniforme que queremos sea de una vez verdad.
No sólo en inversión para equipamientos e infraestructuras. También en actividades.
Bueno, hay que pensar que el centro es de todos, que la actividad en el centro es actividad para todos, pero insisto en lo de antes, se van a dar esos pasos de mayor actividad cultural, musical, deportiva en los barrios.
¿Llegará el AVE?
Espero que sí. No me atrevo a dar plazos. Yo quisiera verlo en vida. Ocho, diez años faltan seguro.
Esta estación que tenemos aquí enfrente espera algo. ¿Tienen algún plan concreto elaborado?
Un proyecto muy bonito. Estamos a punto de cerrar con ADIF un acuerdo para la rehabilitación. Hasta la llegada del AVE tendrá un uso cultural. Será un gran contenedor cultural hasta ese momento. Luego, ya se verá.
¿El proyecto Puerto-Ciudad dará por fin por enterrado aquel viejo dicho de que Almería vive de espaldas al mar?
Sin duda. Y ahí sí me atrevo a dar fechas. Tras las reuniones con la Autoridad Portuaria y con la Cámara, la Fundación Bahía Almeriport, sí puedo decir que en 2016 estará el proyecto, en el 17 la licitación y en el 18 y el 19 las obras. Si nos aplicamos de verdad, a finales de 2019 será una realidad.
Vamos, que lo inaugurará usted seguramente.
O estará ya listo, a espera de inauguración.
¿Es que no va a volver a presentarse?
No. Dieciséis años en un mismo cargo son muchos. Hay que dejar paso a nueva gente y nuevas ideas.
¿Ha logrado Almería reforzar su capitalidad provincial?
Creo que sí. Antes de los Juegos de 2005 estuvo a punto de dejar de tener esa capitalidad, pero el impulso de los Juegos y lo que se ha ido haciendo después han fijado esa situación de capital que, por otro lado, le dan el aeropuerto, la Universidad, la Audiencia Provincial, etc.
¿Cómo va a resolver el aspecto de ciudad mellada que dan los nuevos barrios?
Es cierto que se ven partes construidas, partes que no, otras a medias, edificios acabados peri casi no habitados, etc. Ha sido la consecuencia del parón de la construcción, de la crisis del ladrillo. Lo que estamos haciendo es no provocar nuevos desarrollos hasta que estén consolidados los que están en marcha.
Pedía el otro día el director de cine Martín Cuenca apoyo a los rodajes.
Lo leí. Es verdad que lo tenemos todo, la luz, el paisaje, la historia..., pero nos faltan unos estudios. No una Cinecittà o unos estudios como los de Alicante, que son exagerados, imposibles de rentabilizar, pero sí unos estudios pequeños y útiles, útiles.
Y sobre los beneficios fiscales, se podría hablar. Yo, desde luego, estoy dispuesto a quitar las tasas de rodaje en Almería y su término, a colaborar con directores y productores.
¿Me permite una curiosidad para acabar? ¿Por qué se la ha puesto al Museo Doña Pakyta, con K e Y?
Bueno, fue por expreso deseo de doña Paquita. Así nos lo transmitieron sus herederos.
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