Almería ha padecido el mes de julio más caluroso del últmo medio siglo y ha comenzado agosto también con temperaturas muy elevadas. Una saturación de calor que está teniendo efectos negativos en la población y que está requiriendo aistencia sanitaria de los centros de salud y los hospitales.
Aunque las estadísticas aún no se reflejan en datos, lo cierto es que se ha producido un incremento notable de demanda asistencial relacionada con el calor. La mayoría de los casos se refieren a la temida deshidratación, consecuencia directa de las altas temperaturas.
Síntomas de fenómenos como la deshidratación, la insolación, los calambres o el agravamiento de enfermedades preexistentes son las causas más frecuentes de los casos que se atienden en los servicios de urgencia repartidos por la provincia.
Agotamiento
La exposición prolongada a las altyas temperaturas genera una sensación de agotamiento en las personas, una ‘enfermedad’ que puede preceder al golpe de calor (mucho más grave) y que se caracteriza por sudoración profunda, respiración rápida, pulso acelerado e incluso desmayos.
Las llamadas a los servicios de emergencia están relacionados, en más de la mitad de los casos, con procesos de deshidratación que, según explica la doctora Carmen María de Oña, “son mucho más frecuentes en las personas ancianas y en los niños”. La causa es que “ambos colectivos no manifiestan lo que podríamos considerar la sensación ‘normal’ de ser y, por tanto, no piden bebida”.
La cuestión es que esa falta de líquidos genera un desequilibrio hidroelectrolítico (por pérdida de agua y sales minerales) que lleva a la jipotensión y tiene manifestaciones como cansancio, mareos e incluso una pérdida de conocimiento. La disminución de sodio es la que provoca el exceso de sueño, y la de potasio genera cansancio y con frecuencia calambres.
Prevención
El tratamiento y, sobre todo, la prevención, son medidas sencillas que pueden ser tomadas por los ciudadanos y desde Salud se lanzan las recomendaciones básicas que incluyen hidratarse correctamente (y cuidar la de los colectivos de riesgo como ancianos y niños), no exponerse al sol en las horas de más calor ni realizar actividades físicas importantes, vestir ropas ligeras o cuidar la alimentación incluyendo más líquidos y consumiendo frutas y verduras habitualmente.
Vigilancia
Si bien se estima en un sesenta por ciento el porcentaje de la población que sufre alteraciones de cualquier tipo a causa del calor, desde la Delegación de Salud de Almería se está siguiendo este verano a los colectivos de riesgo.
Desde Salud explican que en la actualidad se mantiene una estrecha vigilancias sobre casi 500 personas identificadas como colectivos de riesgo. Se trata de personas de edad avanzada o enfermos con patologías de tipo respiratorio o cardíaco que son susceptibles de sufrir un agravamiento a causa de la repetición de días calurosos.
A estos quinientos almerienses se les hace un seguimiento continuado para vigilar su estado y para prevenir la aparición de riesgos. Es un programa repetido desde hace ya varios años que ha obtenido buenos resultados.
En cualquier caso los consejos apuntan a evitar la exposición excesiva al sol y consumir muchos líquidos.
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