Jonathan Moya: “Pido perdón a Gema y a su familia, pero no soy un asesino”

Moya admite la participación en un homicidio, pero vuelve a cargar contra Ríos

Sala de vistas durante el juicio a Moya
Sala de vistas durante el juicio a Moya
Javier Pajarón
21:36 • 20 nov. 2015

Jonathan Moya González, de 28 años de edad, tomó asiento en el centro de la sala de vistas de la Audiencia de Almería en la última sesión del juicio por el crimen de Míriam Cuerda y, en un intento final por convencer a los miembros del jurado popular, lanzó un mensaje de arrepentimiento a medias. Sólo a medias. “Pido perdón a Gema y a toda su familia, pero yo no soy un asesino”.




Moya resume en pocas palabras la estrategia de su defensa, representada por el conocido penalista José Ramón Cantalejo. Admite el secuestro de la menor onubense de 16 meses el 20 de diciembre de 2012 y acepta, incluso, una condena por homicidio, pero niega un plan premeditado para acabar con la vida de la pequeña.




Además, señala a Raúl Ríos como ideólogo de una supuesta venta de la menor a traficantes de personas y como autor material de la muerte porque, dice, envolvió a la niña con plástico de cocina y la arrojó a la balsa de riego de Abrucena. 
Ríos fue detenido por la Guardia Civil, pero el juez de instructor decidió archivar las actuaciones en su contra. En el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Almería durante la última semana ni siquiera se ha sentado en el banquillo. La acusación particular, ejercida por el letrado Julián Cazorla, asegura que “no hay pruebas en su contra” y el fiscal no se opuso al sobreseimiento.




Por tanto, el jurado popular tendrá que decidir si cree la versión de Jonathan Moya y, de forma indirecta admite la participación de una segunda persona en el crimen, o, por el contrario, estiman los argumentos del fiscal y la acusación particular y dictan un veredicto de culpabilidad en el asesinato contra el joven fiñanero.




¿Cuántos años?
Moya se juega una condena de casi tres décadas. Julián Cazorla pide 29 años de cárcel por delitos de detención ilegal y asesinato, mientras el fiscal rebaja su solicitud a 26 años, así como el pago de una indemnización para Gema Cuerda de 300.000 euros.




Esta cantidad, en caso de condena, será una mera formalidad, casi simbólica, porque el acusado carece de recursos. De hecho, José Ramón Cantalejo ejerce la defensa en calidad de abogado de oficio y la ex pareja del acusado aseguró durante el juicio que Moya carecía de recursos y “no tenía dónde quedarse”.




El magistrado Luis Durbán citó a las partes el próximo lunes en la Audiencia Provincial de Almería para redactar el objeto de veredicto, esto es, el cuestionario que tendrán que contestar los miembros del jurado popular. Éstos podrán resolver el documento previsiblemente a partir del mediodía del lunes y el veredicto, si no hay contratiempos, podría conocerse finalmente el martes. Tres años después, el esclarecimiento del crimen de Míriam Cuerda se juega entre los muros del Palacio de Justicia de Almería. Moya espera. Gema Cuerda espera.





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