El magistrado Luis Durbán impone a Jonathan Moya González una condena de 23 años y siete meses de prisión por el crimen de la pequeña onubense Míriam Cuerda en diciembre de 2012. La sentencia establece penas de prisión inferiores a las solicitadas por el Ministerio Fiscal (26 años) y la acusación particular (29 años), ejercida por el letrado Julián Cazorla. Durbán pone cifras a la decisión del jurado popular. Los nueve miembros reunidos en la Audiencia Provincial de Almería dictaron un veredicto unánime de culpabilidad el pasado martes y confirmaron a Jonathan Moya como único autor de la muerte de la niña onubense de 16 meses.
Según relata la sentencia, el acusado “dejó abandonada en un paraje deshabitado en las proximidades de la localidad de Nacimiento (Almería) a Gema Cuerda, llevándose contra la voluntad de ésta a su hija, Míriam”. “Posteriormente retuvo a la menor hasta al menos las últimas horas del día 24 de diciembre de 2012 en un cortijo sito en Fiñana”, añade la resolución judicial conocida este lunes.
El cortijo Torre de Marfil pertenecía a su padre y estaba ubicado a unos tres kilómetros de Fiñana, aunque en el término municipal de Abrucena. Allí pasó prácticamente toda la semana hasta su arresto, según se trasluce de las declaraciones prestadas durante el juicio oral.
Golpeada y asfixiada
“Encontrándose en el indicado cortijo, (Moya( golpeó con fuerza en reiteradas ocasiones la cabeza de la menor con un objeto contundente y plano”, continúa la sentencia. Este elemento está contrastado por los informes de los médicos forenses. “Como consecuencia de los golpes recibidos, la menor quedó gravemente herida e inconsciente, sufriendo un traumatismo craneoencefálico que le provocó una gran hemorragia subaracnoidea”.
Sin embargo, el fallecimiento no se produjo por los golpes en la cabeza sino por una asfixia. La sentencia describe el proceso. “Estando todavía con vida la menor, el acusado la envolvió en plástico transparente, tapándole los orificios respiratorios (boca y nariz), lo que provocó que no pudiera respirar”, recoge la sentencia. “La menor falleció entre las últimas horas del día 24 y las primeras del 25 de diciembre de 2012 como consecuencia del traumatismo craneoencefálico y de la asfixia descritas”.
Una versión Jonathan Moya acusó a su “amigo” Raúl Ríos de idear todo el plan; sin embargo, el juez de instrucción archivó las actuaciones sobre esta segunda persona y el veredicto del jurado popular declaró al acusado como responsable de la muerte de la niña.
La pequeña había viajado junto a su madre desde La Palma del Condado (Huelva) para visitar a Jonathan Moya, que se había identificado como Juan, empresario taurino, al que había conocido por Internet (antes se habían visto unos días en Huelva). Unas horas después de llegar a la provincia de Almería, tras pasar una noche completa en un coche, la niña fue secuestrada y Gema Cuerda abandonada en una carretera secundaria de la comarca de Nacimiento. El cuerpo de la pequeña fue descubierto la noche del 27 de diciembre por la Guardia Civil en una balsa de riego cercana a Fiñana, en el interior de una bolsa de deportes hundida con piedras.
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