Los almerienses en la playa (I): La Organización

Los planes en familia son comunes entre Saecios.
Los planes en familia son comunes entre Saecios. Almería Postureo
V. M. S. (Almería Postureo)
20:06 • 20 jun. 2018

Este post es el primero de una serie que vamos a publicar, que será muy llamativa, Saecios, con lo más destacado de las vacaciones de una típica familia almeriense.



Los almerienses, como ya sabéis, Saecios, somos una especie humana única y exclusiva. Nosotros aquí tenemos unas costumbres y un hacer que es envidiable en el resto de España. Optamos por distintas posibilidades, buscando así siempre el plan perfecto y disfrutar. Una gran opción es un día de playa en familia, como el que pasarán nuestros personajes: 



Paco (padre), Isabel (madre), Antonia (amiga de la madre que se apunta a un bombardeo), Jennifer (hija), Sheila (hija 2), Jonathan José (hijo), Concha (abuela paterna), Puri (abuela materna), José (abuelo paterno), Rosario (tía de la familia), la Carmen (amiga de la Sheila), Thais (perro de la familia).



Capítulo I



Entra en acción la Jennifer (organizadora del evento). Se asoma a la ventana y lo primero que hace es ver si es poniente o levante. ¡El viento está regular, mámaaa! ¡Yo creo que en media hora hay migas en el Tío Pepe! Lo mejor es irnos al Cabo, allí con la fresquita, que al ser domingo habrá poca gente. Aquí en Almería si desconocemos de dónde viene el viento, si es de levante o poniente o si hay marejadilla y chubascos leves, pues siempre llamamos a algún conocido que tiene un primo que hace buceo en Tarifa. Este llama a su tío, que está en los Países Vascos y sale a pescar por la mañana temprano, y automáticamente le informa de la situación y meteorología que hará en Almería en los próximos 3 días. Esto está estipulao tal cual en la Constitución Almeriense del año 955 d.C.



La Isabel, haciendo caso de la Jenni, da el visto bueno a las indicaciones que ha pedido la niña por teléfono y empieza a hacer comida como si se fueran de excursión semana y media a Castala: bocadillos de paté, sobrasada, chopped y salchichón, 9 tortillas de patatas (dos sin cebolla, que el Jonathan es alérgico), 4 kilos y medio de filetes empanados, una garrafa de gazpacho, dos fuentes de ensaladilla rusa, huevos rellenos, croquetas de cocido que sobraron de ayer y, por si van algo ajustados de camino a Cabo de Gata, deciden comprar un pollo asado de esos del Zapillo.



La yaya Puri, que vive con ellos, nerviosica perdía porque son las 7.30 de la mañana y allí está todo el mundo durmiendo, empieza a despertar a toda la familia como si de un fuego se tratara... ¡Vamossss, arribaaa, que nos pilla el toro y cuando lleguemos no vamos a tener sitio! ¡Hay que clavar las sombrillas, niños! ¡Hay que clavar la sombrilla y dejar la parcela de playa acordonadaaaaa!



Imaginaos el panorama a las 7.35h: los chillíos por la casa, el Jonathan vomitando que salió de fiesta anoche por las Cuatro Calles, la Carmen -amiga de la Sheila- allí metía también que se quedó a dormir en casa y el Paco con unos ronquíos que parece que va a echar la casa abajo. ¡Tol mundo estaba en pie a las 7.46!


Continuará...


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