En el corazón del barrio almeriense de El Zapillo, se encuentra un pequeño local que ha dejado una huella profunda en los vecinos y visitantes de la ciudad: El Gran Kebab Rachid. Con sus salsas caseras y su famosa 'pizza kebab', Rachid Essahar ha construido una historia de superación que, más allá de la gastronomía, refleja el esfuerzo y la dedicación de un hombre que llegó a España con la esperanza de mejorar su vida.
Originario de Rabat, la capital de Marruecos, Rachid llegó a España en 2004 con un visado de turista, buscando un futuro mejor. Como tantos inmigrantes, sus primeros años fueron un desafío. "Fue muy difícil. Estuve cuatro años sin papeles y sin trabajo. Dormía en habitaciones con amigos y desconocidos, pasando hambre y dificultades, pero siempre con la esperanza de que las cosas mejorarían", recuerda Rachid.
Su entrada al mundo de la restauración fue casi casual. En 2004, empezó a trabajar en un kebab en el Paseo Marítimo de Almería, donde aprendió los secretos del oficio que con el tiempo lo llevarían a abrir su propio local. "Siempre he querido tener mi propio negocio. Luché por ello y en 2021, después de muchos años trabajando en otros locales, logré abrir El Gran Kebab Rachid", cuenta con orgullo.
Lo que ha diferenciado a su negocio no solo es la calidad de sus productos, sino también su enfoque en el trato al cliente. "Hay algo que siempre me ha funcionado: la amabilidad y la limpieza. No solo se trata de preparar una comida que esté buena, sino de hacer sentir bien a cada cliente que entra por la puerta", asegura.
Y es que en su local, no solo se sirven kebabs, sino también una muestra del espíritu de trabajo incansable de su dueño, que ha sido reconocido por abogados, médicos, bomberos y policías, entre otras tantas profesiones. Incluso, recuerda una anécdota peculiar: "Hace poco, fui a Málaga y me reconocieron. La gente me conoce por mi comida y eso es algo que valoro muchísimo".
Los secretos del éxito
En cuanto a la receta que ha logrado tanto éxito, Rachid no duda en señalar dos factores clave: la calidad de la carne y la mano del trabajador. "Muchos pueden tener los mismos ingredientes, pero es la mano del que prepara la comida lo que hace la diferencia. La calidad de la carne es también esencial. Yo solo trabajo con carne de primera", explica.
Y, por supuesto, sus salsas caseras son el secreto mejor guardado. "Las salsas son como la fórmula secreta de Coca-Cola. Nunca las vendería, ni por 50 millones de euros", asegura con una sonrisa.
Pero más allá de los secretos culinarios, Rachid tiene claro lo que realmente le ha permitido llegar hasta donde está: el esfuerzo. "No es difícil emprender, lo único que hace falta es pasión por lo que haces. Si te gusta tu trabajo, todo se da. Si no te gusta, no lograrás nada", asegura. Y es que después de casi 21 años en Almería, Rachid siente que la ciudad es su hogar. "El barrio de El Zapillo me ha dado todo. Para mí, es como un hijo. Lo he visto crecer y siempre ha estado conmigo", dice con emoción.
Rachid también es un defensor de la inmigración responsable. Para él, trabajar con dignidad es la mejor forma de ganarse el respeto. "Cuando una persona viene a España a hacer el bien, a trabajar, es bienvenida. Pero cuando alguien viene a causar problemas, da una imagen muy negativa. Yo siempre he venido con el objetivo de trabajar, y eso es lo que he hecho durante todos estos años", explica con firmeza.
Hoy, con 46 años y una familia que ha crecido junto a él en Almería, Rachid disfruta del momento más feliz de su vida. "Tengo mi negocio, mi mujer, mis hijos y mi salud. No necesito nada más. El dinero no lo es todo, lo más importante es la familia", asegura mientras mira a su alrededor, observando el bullicio constante de su local.
En El Gran Kebab Rachid, cada plato no es solo una comida rápida; es el resultado de años de sacrificio, trabajo duro y un sueño hecho realidad. Para Rachid, la clave del éxito no solo está en su habilidad para cocinar, sino en su capacidad para conectar con la gente, en hacer que se sientan parte de su historia. Y esa historia, aunque comenzó con muchas dificultades, hoy se celebra cada día en cada kebab que sale de su cocina.
"Quiero dar las gracias a todas las personas que han estado conmigo durante todos estos años. Desde aquellos que venían siendo pequeños, hasta los que ahora vienen con sus parejas. A todos ellos les debo mi éxito", concluye humilde y agradecido Rachid.
Con una vida llena de esfuerzo, sacrificio y gratitud, Rachid ha demostrado que, a veces, los sueños no solo se alcanzan con dinero, sino con el corazón y el trabajo constante. Y Almería, su hogar adoptivo, ha sido el escenario perfecto para ver crecer esa historia.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/355/la-foodineta/285232/de-la-nada-a-un-imperio-la-historia-de-rachid-el-kebab-mas-famoso-de-almeria