En 2016 los españoles se comieron, de media, más de 14 kilos de bollería, galletas y otros productos poco saludables (un 2 % más que en 2015), destinando a ello 64,6 euros por persona. Pero a la cabeza del ránking, según el informe La alimentación saludable en España, se encuentran asturianos, vascos, castellanoleoneses, riojanos y gallegos. Por contra, los que menos bollos y galletas comen son los andaluces y los murcianos (unos cuatro kilos menos al año que los asturianos).
El estudio, realizado por investigadores de EAE Business School y del que se ha hecho eco la Cadena SER, se basa en datos del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), así como en otros informes publicados anteriormente, también relaciona con detalle la compra de productos más o menos saludables con la edad o el nivel económico y de estudios del principal comprador familiar.
Así, los hogares que más frutas y verduras frescas consumen son aquellos en los que el responsable de hacer la compra es una persona mayor de 50 años y que viven en ciudades pequeñas, con menos de 2.000 habitantes. Otra de las conclusiones vincula un mayor consumo de productos saludables con familias con rentas más altas, vinculadas a zonas con mayores renta per cápita.
Las autoras del informe, Irene y Fátima Vilà, parten de la premisa de que los hábitos alimentarios guardan una estrecha relación con los índices de obesidad y que estos, a su vez, condicionan la esperanza de vida y, por ende, las políticas públicas. Para delimitar qué productos son o no salubles, eso sí, se apoyan en la pirámide de los alimentos contemplada por la Estrategia NAOS. Y es que, según apuntan, hay un boom de productos que el consumidor percibe como sanos (aunque no lo sean).
De hecho, aseguran que mientras baja la cantidad de alimentos consumidos, aumenta el precio medio, por lo que interpretan que "los hogares de la España postcrisis están dispuestos a pagar más por los alimentos y bebidas que hace un año, aunque esto no implique comprar una mayor cantidad de productos".
El informe también señala que hay más niños obesos en las comunidades con menos ingresos. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en 2013 los ratios de obesidad infantil eran mayores en las Islas Baleares, Extremadura y Galicia, y menores en las de rentas más altas, como Cataluña, La Rioja y el País Vasco.
También hay datos curiosos, como que las naranjas son la fruta más consumida en los hogares (suponen casi el 20 % del total), seguidas de lejos por plátanos, manzanas, sandía y melón. Las patatas son, a su vez, las hortalizas más vendidas (un 27,3 % del volumen total), por delante de tomates y cebollas.
El estudio también confirma la tendencia decreciente en el consumo de pan en España a lo largo de la última década (en 2016, 34 kilos por persona y año), y distingue entre varios tipos: el 74,7 % del consumo es de pan fresco normal, seguido por el pan industrial fresco (12,7 %) y, en menor medida, el pan fresco integral (7,4 %), que es el más recomiendan los profesionales de la nutrición.
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