Los dos bebés muertos eran prematuros extremos, habían nacido con 24 y 25 semanas de gestación y 680 y 485 gramos, respectivamente. Ambos sufrieron inflamación intestinal agravada por la presencia de la bacteria klepsiella, que les provocó una sepsis y la muerte, según informa la Cadena SER.
Ocho prematuros más que también tienen el patógeno, aunque sin síntomas de infección, están ahora aislados y bajo control.
El hospital ha puesto en marcha medidas de prevención y control, como el cierre del box donde estaban las dos criaturas muertas y cultivos ambientales para saber quinn habría sido el foco de transmisión.
Este tipo de infección es relativamente frecuente en niños tan prematuros y causa la muerte de 10 bebés al año en Vall d'Hebron.
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