La historia de la capital de Ucrania, Kiev, se remonta a más de 1500 años. Un gran ciudad histórica con una población casi comparable a la de Madrid. Debido a la distancia territorial de las fronteras con Rusia (geográficamente, la capital se encuentra aproximadamente en el centro del país), Kiev no recibió una destrucción tan masiva como la misma Kharkiv, donde se destruyeron áreas enteras.
Como resultado de los ataques con cohetes, varios centros comerciales fueron casi completamente destruidos.
La Casa del Maestro, los edificios y el parque de la Universidad nacional de Kiev, el Palacio de Ucrania, fueron afectados por los ataques con cohetes, que también dañaron la cúpula de la Filarmónica de Kiev. El explosión del puente de vidrio apareció en otoño de 2022 en todos los informativos. Muchas viviendas fueron destruidas.
Con el inicio de la invasión de Ucrania en febrero de 2022, la mayoría de kievitas abandonaron apresuradamente la capital dirigiéndose a los suburbios de la parte occidental del país: la región de Lviv o Volyn. La ciudad quedó vacía. Pero desde finales de abril y mayo la gente comenzó a regresar. Muchos inmigrantes de Kharkov, Kramatorsk y Zaporozhye también se mudaron a Kiev.
Kiev trató de restaurar el ritmo habitual de la vida. En verano, incluso se realizaron conciertos y exposiciones. Se abrieron cafés. La calle mayor del país, el legendario Khreshchatyk, estaba llena de gente.
La vida de la capital cambió después de una serie de ataques con cohetes el 10 de octubre de 2022, uno de los más grandes de esta guerra. Ese día casi todo el sistema eléctrico de Ucrania falló. En todo el país, la gente se quedó sin electricidad y sin conexión móvil. Debido al bombardeo ruso, el Instituto del corazón permaneció sin luz durante la operación del niño. El director del Instituto, Boris Todurov, publicó un video donde se muestra en qué condiciones funcionan los cirujanos. Señaló que los médicos continúan haciendo solo operaciones de emergencia, pero incluso "en esta situación extraordinaria no se perdió ningún paciente".
Los ataques con cohetes fueron incluso el 31 de diciembre cuando la gente celebraba el Año Nuevo.
Después de la destrucción de centrales eléctricas e infraestructuras, la gente comenzó a comprar masivamente velas y linternas. Inmediatamente se convirtieron en bienes escasos. La gente comenzó a vender velas caseras en las calles.
Después de la destrucción de la central eléctrica, cuando se realizaron reparaciones de emergencia, la banca por Internet dejó de funcionar. Sin esto, la gente no podía retirar dinero en efectivo, y las tiendas no aceptaban el pago con tarjeta.
Comenzaron a introducir horarios de corte de luz. Las personas monitorean el horario, planifican cuánto tiempo libre tienen para poner la lavadora, cargar los dispositivos. La cantidad máxima de luz y agua apagada fue de tres días después de estos bombardeos. Y no en todos los distritos de la capital.
Con el comienzo de la guerra la gente cambió. Se unieron más, se ayudaron más mutuamente, donaron dinero de cada cheque de pago a la caridad, a la ayuda del ejército, a los huérfanos y a los animales. Se hizo popular el formato de conciertos musicales a la luz de las velas.
La gente se ha vuelto más ahorrativa. Los productos se han encarecido entre un 30-40%. El precio de los huevos de gallina se duplicó, ya que se rompieron muchas granjas avícolas en el este de Ucrania y en la región de Kiev. Hubo un período en el que desapareció de la venta la sal, porque hay batallas en los depósitos de sal. Ahora hay sal importada en las tiendas.
La ropa se ha vuelto muy cara. El precio de pijamas, suéteres y ropa de abrigo se han duplicado. El pijama más barato, de la peor calidad, cuesta 40 euros.
En la región de Kiev aparecieron muchos perros y gatos callejeros.
El metro funciona menos, solo de 07 a 22 horas. Los viajes en tranvías y trolebuses se cancelaron y el viaje en minibús subió de precio.
La tasa de desempleo es muy alta. La gente trata de aferrarse al trabajo que tiene. Hay plazas demandadas: hasta 40 personas llegan a optar a un puesto de consultor de ventas.
La ciudad tiene un toque de queda desde las 23 horas a las 5 horas.
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