Javier Marín Lao es cofrade de la Hermandad del Prendimiento desde su nacimiento, hace treinta y cuatro años. En la actualidad es auxiliar de la cuadrilla de costaleros del paso del Prendimiento y vestidor de Jesús del Gran Poder.
¿Desde cuándo en la Semana Santa?
Tengo treinta y cuatro años, los mismo que estoy en la Semana Santa de Almería.
¿Y siempre unido a una Hermandad?
Sí, siempre con Prendimiento. Continúo los pasos que ya iniciaran mis padres, refundando la Hermandad en el año 1978.
¿Para ti, Prendimiento es algo más que una cofradía?
Prendimiento, para mí es mi vida.
¿Qué misión desempeñas en tu Hermandad?
Ahora soy auxiliar de la cuadrilla de costaleros del paso de misterio del Prendimiento, aunque colaboro con la Hermandad en todo lo que sea necesario, como siempre he hecho.
¿Es difícil conocer todos los entresijos y labores que se desarrollan en una Hermandad?
Si te crías con ella no es tan difícil. Si entras de nuevo, es más complicado. Viviéndola como yo la vivo no es tan difícil. Todo depende de lo que tú estés dispuesto a entregarle a tu Hermandad.
¿Encasillándote en un puesto?
El que se quiera encasillar en un sitio puede hacerlo, pero lo normal es colaborar en todo, desde una Cruz de Mayo, una salida procesional, montajes de pasos y triduos. En una palabra, vivencia durante todo el año es la mejor forma de aprenderla y vivirla.
Después de la refundación de Prendimiento, en el año 1978, su casi vuelta a desaparecer con el incendio del año 1996 ¿Cuál ha sido el secreto para que Prendimiento sea un referente en el mundo cofrade provincial o diocesano?
Todo se puede resumir en una palabra, unidad. El cariño y unidad de muchísimas personas, de todas las edades y condición social, que han estado ahí trabajando desinteresadamente durante más de cuarenta años. Y a los que hemos venido por detrás es lo que nos han inculcado. Ese mismo cariño, unidad y entrega es la que intentamos inculcar a todo el que se integra en Prendimiento desde fuera. No tener protagonismos, ser uno más y darlo todo por la Hermandad eso es lo que ha llevado a la Hermandad del Prendimiento hasta el lugar que ocupa hoy. Ese es el único secreto que tenemos.
Sientes especial devoción por Jesús en su Prendimiento ¿porqué Prendimiento en lugar de Cautivo o Merced?
Es verdad que para mí Prendimiento es mi ojito derecho. El Cristo, para mí es lo que más me tira, pero el cariño a mis tres titulares es el mismo.
¿Tu padre, Blas Marín, del Cautivo y tú del Prendimiento?
Una persona llega ante los titulares y ve una imagen, te marca, te llena y quizá ese sea el motivo por el que uno se decanta por una imagen en lugar de otra.
¿De todas las vivencias que has tenido en Prendimiento, ha habido alguna que la recuerdes con sentimiento?
(silencio contenido) Prendimiento siempre te da mucho apoyo.
¿Y de especial emoción?
Para mí, cuando el Miércoles Santo veo a Jesús en su Prendimiento salir a la calle, es lo más grande. Tengo buenos recuerdos en todos los sitios que he estado.
¿Además de auxiliar, has sido costalero?
Empecé con Prendimiento, después de unos cuantos años como auxiliar del paso del Señor Cautivo de Medinaceli, volví con el Prendimiento unos seis años.
¿Siempre alrededor del Prendimiento?
Ten en cuenta que yo he salido con las tres imágenes titulares de la Hermandad. He salido con la Merced, de botijero, con el incensario con la Merced. Un año hice unas cuantas chicotás en el Prendimiento, antes de tener la mayoría de edad y por probar un poquito.
¿Y ahora como auxiliar de la cuadrilla del paso de misterio?
Hace tres años el capataz, David Marín, me dio el honor de ser su auxiliar.
¿Hoy, Martes Santo, ha sido un día especial para ti?
Sí, especial porque ha procesionado el Señor del Gran Poder. Imagen de la que soy su vestidor.
¿Cuántos años llevas vistiéndolo?
Llevamos alrededor de ocho años vistiéndolo.
¿El Gran Poder ha llevado un detalle en recuerdo al pequeño pececito?
En recuerdo y homenaje al pequeño Gabriel Cruz, con el cíngulo que lleva el Señor en la cintura le he hecho la silueta de un pez, en lugar del tradicional nudo que suele llevar. La idea surgió de Pedro, que me ayuda a vestir al Cristo. Una vez vestido, nos vino al recuerdo el niño Gabriel y el lugar ideal para su homenaje era con el Señor.
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