Rusia ya hace cábalas sobre cuánto ganará con la organización del Mundial. La ganancia será mínima, pero al menos no habrá perdidas. Esta misma semana, el primer ministro Dmitri Medvédev anunció que habrá que sumar 800 millones de euros más al presupuesto de 9.165 que se había contabilizado inicialmente. Es decir, el Mundial les costará a los rusos 9.965 millones. A cambio, tienen una estimación de ingresos de 10.980 millones. Está, por lo tanto, dentro de lo que se conoce como “punto de equilibrio” presupuestal.
Aunque es demasiado pronto para estimar las ganancias económicas exactas, Vladimir Ageyev, experto en gestión deportiva de la Universidad Estatal de Moscú, calcula que el “efecto Copa del Mundo” se cifrará en esos mencionados 10,9 millones. El impulso de Rusia más allá de los días que dura el torneo será lo que permita estirar la cifra hasta llegar a la cantidad estimada.
La agencia de calificación de riesgo Moody’s también dijo antes de comenzar el Mundial que, a pesar del aumento en los ingresos de la industria del turismo, Rusia 2018 sólo tendrá una contribución de “corta duración” a la economía rusa. Sin embargo, el torneo está brindando ventajas a las empresas y al sector turístico. El objetivo es aprovechar esta ola para mejorar una economía que con la devaluación del rublo se vio deteriorada antes del Mundial. El presupuesto se tuvo que ajustar ante la nueva situación económica.
Lejos de dar una sensación de apreturas presupuestarias, el Mundial de Rusia ha sido una exhibición de estadios de lujo con los mejores diseños y equipamientos. Recintos como el de San Petersburgo o el remodelado Luzhniki están preparados para albergar diferentes grandes eventos a partir de ahora, otro de los legados de Rusia 2018.
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