El Ciruelo, la mayor empresa frutícola murciana, ha comprado una finca de 180 hectáreas en Aguamarga donde ha recogido ya una primera cosecha de 3 millones de kilos de melocotón, nectarina, ciruelas y paraguayos.
Se trata de un predio donde antes se han cultivado lechugas y sandías, dentro del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, cerca de la costa, “que goza de un microclima espectacular para cultivos extratempranos de fruta de hueso”, precisa Francisco Parra, responsable de la explotación.
Anfitrión de los príncipes Felipe y Letizia
La finca, denominada La Joya, fue vendida a la firma murciana por el empresario hostelero escandinavo Lennart Tengrot, el propietario de la popular Casa del Sueco, donde se alojaron los actuales Reyes de España cuando eran príncipes aún y también la reina Victoria de Suecia. El 90% de la recolección de esta fruta almeriense, tan alejada de la convencional hortaliza de invernadero, se dedica a la exportación, a grandes cadenas de supermercados europeas como Aldi, Carrefour y española como Mercadona. Parra añade que “la campaña está finalizando ya y la venidera esperamos llegar a los 4 millones de kilos”.
El valor añadido de la finca nijareña reside en que la maduración del fruto se adelanta a abril, quince días antes que en cultivos de interior, al igual que ocurre con fincas de El Ciruelo en Aguilas y Mazarrón, con contrastes de temperatura que garantizan un mejor sabor y al menos cien horas de frío, sin llegar a sufrir heladas.
La compañía protege los frutales de Aguamarga como oro en paño y neutraliza el principal enemigo, el viento, con chopos y setos. La empresa titular de la explotación es la sociedad Agrofruits Levante, participada al 50% por El Ciruelo y el empresario Antonio Conesa, de Puerto Lumbreras.
El Ciruelo, con sede en Alhama de Murcia y una facturación de 85 millones de euros, se ha convertido en cuatro décadas, en uno de los gigantes de la producción europea de frutos de hueso con 50.000 toneladas anuales de melocotón, albaricoque, nectarina, paraguayos, ciruela y uva de mesa blanca, roja y negra, parte de la cual compran también en el valle almeriense del Andarax. Suma 2.000 hectáreas de cultivos propios y 1.000 cuya cosecha compra a agricultores asociados.
El Ciruelo invirtió recientemente 20 millones en la compra de 800 hectáreas a la promotora inmobiliaria Polaris, en Alhama y Puerto Lumbreras, en terrenos proyectados para el ladrillo que han acabado en melocotoneros.
Las uvas de Nochevieja
El grupo murciano hace también IV Gama, con fruta envasada, lavada y pelada y se ha especializado en la comercialización de las doce uvas de Nochevieja, sin semilla y sin rabillo, en un pack específico con las manecillas del reloj.
Sus principales zonas de producción están en Cieza, especializada en melocotón, y en municipios del Valle del Guadalentín.
El Ciruelo fue fundado por Gregorio Velasco Belchi e Irene García, en la década de los 70, con la venta de uva y ciruelas en el mercado nacional. El relevo lo ha tomado su hijo José Francisco Velasco, en segunda generación.
Llega la fiebre de la fruta de hueso
Almería, santuario de las hortalizas bajo plástico y de almendro y olivo, está viendo en los últimos años como crece, aún tímidamente, la superficie de cultivo destinada a la fruta de hueso. Además de Grupo El Ciruelo, los Durán, también murcianos, han arrancado unas 70 hectáreas de cítricos en la zona de La Ballabona de Huércal-Overa para dedicarlas a albaricoque y melocotón. También en la zona de Cuevas se han iniciado plantaciones de melocotón. El gran enemigo es el viento que sopla con fuerza en la provincia.
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