Fruto del constante esfuerzo innovador y por la I+D+i la firma Citrosol acaba de lanzar al mercado un sistema que cambiará el concepto del control del podrido en postcosecha del tomate, el mayor hortícola del mundo.
El sistema Citrocide® PLUS T logra eficacias de control de hasta el 100%. Un sistema para el lavado higiénico del tomate con el que también se convierte la lavadora en punto de control crítico que garantiza la seguridad alimentaria.
Si en 2013 Citrosol presentaba su novedoso sistema de lavado de pimiento, ahora la compañía de tecnologías postcosecha ha dado un paso más para mantenerse a la vanguardia del sector con la presentación de sistema para el lavado del tomate. De esta manera se convierte en un aliado estratégico de las empresas de comercialización de hortalizas, sobre todo de los exportadores españoles que cada día tienen que responder a una creciente demanda de sus clientes finales en materia de calidad y seguridad alimentaria.
Seguridad
“Con nuestro sistema de lavado higiénico de tomates garantizamos la seguridad alimentaria de la verdura”, subraya el Director General de Citrosol, Benito Orihuel, “además de controlar el podrido en su postcosecha y disminuir el consumo de agua en la lavadora”.
Antes de lanzar este producto al mercado Citrosol ha llevado a cabo numerosos ensayos para evaluar su efectividad. Entre las conclusiones se puede afirmar que no lavar el tomate no es una opción, tampoco hacerlo con agua.
Test en cherry
Los resultados se han confirmado en test realizados en tarrinas de tomate cherry de 250 gramos. A 10º de temperatura, con una humedad relativa del 85% y transcurridos 6 días de almacenamiento el 8,3% de las tarrinas de cherry que habían sido lavadas con agua tenían uno o más frutos podridos; a esa misma temperatura en el mismo período de tiempo el 10% de las tarrinas que no habían sido lavadas tenían frutos podridos; mientras que a 10º durante 6 días las tarrinas lavadas con el sistema Citrocide Plus® T no presentaban ningún podrido. Esta eficacia se repetía en períodos de 9 y 13 días. Eficacias del 100% que contrastaban con los testigos.
A los 9 días el 8,6% de las tarrinas con lavado de agua presentaban podridos, porcentaje que subía al 10,2% cuando los frutos no eran lavados. La diferencia era aún mayor transcurridos 13 días de transporte y conservación. En el lavado con agua el podrido crecía hasta el 58,3% y hasta el 70% en tarrinas sin lavar. “Y con Citrocide Plus® T el porcentaje era del 0%, resultados que establecen la diferencia, como nos gusta subrayar”, añade Orihuel.
Con el nuevo sistema se ha logrado convertir la lavadora en una barrera, un ‘cortafuegos’, que impide contaminaciones cruzadas, y minimiza la contaminación del tomate, garantizando la inocuidad y seguridad alimentaria.
El sistema actúa inactivando de manera eficaz todo tipo de microorganismos, tanto aquellos que causan podrido en tomate como los patógenos potencialmente peligrosos para la salud humana.
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