El Playa Capricho, en Roquetas de Mar, construido hace décadas por José María Rossell Recassens, que posteriormente vendió a un grupo de inversión, volverá a cambiar de dueño, aunque la gestión por arrendamiento seguirá, al menos por una década en el portfolio de la cadena Grupo Hoteles Playa Senator. La actual propietaria, la inmobiliaria Merlín, que lo heredó de Metrovacesa ha confirmado que negocia la venta de sus hoteles, entre ellos el Playa Capricho a la sociedad francesa Fonciere des Regions, por 500 millones de euros. La transacción no supondrá ningún cambio para la actividad de este emblemático establecimiento, regido por un contrato de arrendamiento. La inmobiliaria participada por Santander y BBVA no considera estratégico el negocio de gestión de activos hoteleros y estaba analizando distintas opciones para su venta o desconsolidación.
Merlín finalmente ha optado por su venta y actualmente está en "conversaciones avanzadas" con Foncière des Murs, si bien apunta que no se ha cerrado acuerdo al respecto, según indica a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Se trata de una veintena de inmuebles, en su mayoría procedentes de las fusiones con Testa y Metrovacesa, fundamentalmente ubicados en Madrid y Barcelona, si bien también tiene algunos activos en A Coruña, Almería, Málaga, Jérez y Las Palmas, entre otras ubicaciones.
En el listado que se vende no se incluyen aquellos que además de instalaciones hoteleras incluyen espacio para oficinas.
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