Proyectan desalar agua con energía solar en Níjar

La planta desaladora de agua del mar de Rambla Morales, construida hace casi 15 años pero que nunca llegó a entrar en funcionamiento, está a punto de cobrar nueva vida gracias a un plan de los regantes de Níjar para ponerla en marcha.

La escasez de recursos hídricos, con unos acuíferos sobreexplotados y con una precaria calidad de las aguas subterráneas, ha impulsado un proyecto del que ya se había hablado en el pasado, pero que ahora puede ver la luz gracias al principio de entendimiento con la actual propietaria, la entidad financiera Caixabank.

Primeros pasos

La Comunidad de Usuarios del Campo de Níjar ya inició las negociaciones con la entidad buscando un acercamiento que permitiera al menos acercar posturas en torno a un posible acuerdo para la adquisición de las instalaciones de la desaladora. Caixabank se convertía en propietaria de esta planta, construida entre los años 2004 y 2005, a través de un embargo a causa del impago de los créditos concedidos para bordar las obras de construcción. El procedimiento se inició tras la reclamación por parte de la entidad financiera de los 125 millones de euros a los que, en teoría, debían hacer frente los más de 500 comuneros que se sumaron al proyecto.

La vía judicial 

El procedimiento se ha mantenido abierto desde entonces y tuvo su punto de inflexión tras una sentencia del juez Jesús Rivera emitida en el año 2011 que suponía que los comuneros no tendrían que hacer frente individualmente al pago de los créditos pendientes. En la actual situación, con una desaladora embargada y con serias dificultades para recuperar la inversión, Caixabank no ve con malos ojos la venta de las instalaciones a los regantes nijareños. Así lo han reconocido a este periódico fuentes de la entidad.

La oferta 

Así las cosas, el presidente de la CUCN, Antonio López Úbeda, considera que el acuerdo sería positivo tanto para Caixabank como para los propios regantes. Desde la entidad se reconoce que es una forma de recuperar al menos una parte de la inversión que en su día se realizó para financiar la planta.

Ese ‘rescate’ supondrá además abordar uno de los proyectos más singulares en torno a la obtención de agua desalada de los que se están abordando en la península ibérica por cuanto está previsto que el abastecimiento eléctrico provenga de las energías renovables, concretamente mediante la construcción de un parque solar junto a las instalaciones de la desaladora.

Bajada de costes

La incorporación de las renovables al proceso de desalación de agua del mar supone un paso importante por cuanto permitiría un abaratamiento más que notable del precio final del agua desalada. Según explica el presidente de los regantes nijareños, se calcula que la energía eléctrica supone cerca de un 70 por ciento del precio final del agua desalada, ya que el proceso de desalación presenta un elevado consumo energético.

Las estimaciones realizadas permiten establecer que mediante el uso de energía solar se produciría una rebaja de alrededor del 40 por ciento en esos costes, lo que llevaría el precio del metro cúbico a 30 céntimos, probablemente incluso por debajo de esa cantidad que se considera ‘asumible’ para el agricultor.

La desaladora de Rambla Morales aportará a los regadíos de la comarca de Níjar y Almería los 20 hectómetros cúbicos para los que estaba diseñada originalmente, aunque no es descartable que pudiera ser ampliada. Los regantes nijareños fueron los primeros en utilizar el agua desalada en sus cultivos, procedente de la planta construida en Carboneras.

Ellos, como el resto de comunidades de regantes almerienses, están batallando para que el coste del metro cúbico pueda reducirse, vía ayudas del Gobierno, hasta los 30 céntimos, el precio que tendría la de Rambla Morales.