Las mujeres se unen para asaltar el poder en el sector agrario

Las mujeres de la agricultura almeriense llevan años reivindicando su papel en el desarrollo de un modelo basado en las familias y donde ellas han jugado y siguen jugando un papel esencial. Ahora han decidido dar un paso al frente y han creado la primera asociación que supone abrir un frente activo en esas reivindicaciones.

La puesta de largo de la Asociación de Mujeres Socias Cooperativistas de Almería (GEA) tuvo lugar ayer en la Delegación del Gobierno andaluz y con el consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural como testigo de la presentación.

Visibilidad
La nueva asociación, que está presidida por Inmaculada Idáñez, que es también responsable de la asociación de mujeres rurales de la Coag, considera que la presencia de la mujer en los órganos directivos de las empresas agrarias es muy inferior al papel real que tienen en el sector.

Los datos avalan esta queja ya que en la actualidad en torno al treinta por ciento de los socios de las cooperativas de la provincia son mujeres y, sin embargo, el porcentaje que ocupan cargos directivos en las empresas no supera el tres por ciento.

El dato les sirve para hablar de la muy escasa visualización de las mujeres y del peso de su presencia en el conjunto del sector hortofrutícola almeriense, así que los objetivos que se plantean está lograr visibilizar, preparar y empoderar a la mujer.

Pioneras
La Asociación de Mujeres Socias Cooperativistas de Almería empieza a andar como la primera que se pone en marcha en el sector agroindustrial almeriense. Recibió el apoyo incondicional del consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Rodrigo Sánchez Haro, que afirma que GEA es, desde el mismo momento de su nacimiento, “una interlocutora imprescindible que nos ayudará a transformar el sector agroalimentario en un espacio más igualitario”.

Sánchez Haro aplaude este paso adelante de las mujeres para la conquista “del lugar que les corresponde y que el sector necesita”, y les ha tendido la mano para trabajar juntos en la promoción tanto del acceso a las explotaciones agrarias como para generalizar su participación en la toma de decisiones en las cooperativas, en la Administración, en las empresas y en el entorno agrario.

Abrir caminos
GEA y la Junta coinciden en que la mujer ha jugado y sigue jugando un papel decisivo en el crecimiento de la agricultura intensiva almeriense. El consejero señalaba ayer que esa realidad ha de llegar a los órganos decisorios y de interlocución “para poner fin a una fotografía masculinizada”.

Para el consejero es preciso dar la vuelta a esta situación, mantenida durante mucho tiempo, “y el nacimiento de GEA nos ayudará a conseguirlo”. Pero la apuesta no es sólo por las agricultoras, porque una situación parecida sufren las que desarrollan trabajos de técnicas en el sector, donde sólo ocupan un 16% d los puestos directivos, tienen contratos más precarios y están discriminadas.

Vínculos agrarios
La actividad agraria que nació allá por las tierras de Oriente hace miles de años siempre tuvo a la mujer como protagonista. Mientras los hombres se dedicaban a la guerra o a la caza, las mujeres eran las que sacaban adelante las familias y las que se deslomaban en los primitivos cultivos, la domesticación de la producción que hasta entonces fue pura recolección de especies silvestres.

Ese cuadro se desenfocó hace siglos, y desde entonces la mujer ha vivido en el ostracismo, pero sin dejar de trabajar. El modelo de agricultura familiar que impera en Almería ha reivindicado su papel, que vuelve a cobrar el protagonismo perdido