Doce nuevas embarcaciones podrán faenar en próximas fechas en la reserva marina del Cabo de Gata, que es como poder penetrar en la ‘Capilla Sixtina’ del fondo litoral almeriense, por el alto nivel de protección y de requisitos que contempla obtener una licencia de pesca.
Ha sido esta semana cuando miembros de la Secretaría General de Pesca, dependiente del Gobierno Central, han mantenido un encuentro con los armadores de la provincia para comunicarles el aumento del número de permisos para pescar con artes en esas aguas protegidas del Mar de Alborán donde se encuentran cotizadas especies como la quisquilla, el gallopedro, la gallineta, la langosta y el pargo.
Las doce licencias se las reparten a partes iguales los puertos de Roquetas, Adra y Carboneras para las modalidades de trasmallo, palangre de fondo, nasa y cerco.
El presidente de la Asociación de Armadores de Roquetas, Antonio Rodríguez, explicaba ayer que “para nosotros ha sido una sorpresa que se haya ampliado el número de barcos, la verdad es que no nos lo esperábamos y nos va a venir muy bien, sobre todo porque el pescado que se captura en esos fondos del Mar de Alborán, los correspondientes a la reserva, tienen una calidad inigualable y sobre todo porque se hace de forma artesanal”.
El gerente de Asopesca, José María Gallart, también se ha congratulado de la ampliación porque el trabajo se ha hecho con seriedad, rigor y honestidad después de dos años de trabajo con la flota artesanal.
Gallart lidera también distintas acciones encaminadas a concienciar a la opinión pública y a los consumidores de que la flota almeriense de arrastre lleva a cabo una pesca sostenible y responsable ante los recortes que planea la Unión Europea para este sector extractivo del que dependen varios cientos de familias en la provincia de forma directa y también el sector de la hostelería de forma indirecta.
Entre los barcos que ya cuentan con licencia para faenar en la reserva marina están El Totó II, el Pérez Segundo, el Romano y el Molina Hernández, de Roquetas. También se le concederá a otro barco que lleva varios años luchando por poder faenar en esos fondos al trasmallo que es el Hermanos Guerrero.
Entre los requisitos que se piden por parte de la Administración Central para dar licencia en la Reserva están la necesidad de disponer de al menos 12 metros de eslora y contar con la caja azul de localización.
Para llegar a calar en esos fondos, los barcos tienen que navegar durante cinco o seis horas.
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