Cómo puede un palangrero fichar mientras prepara la jarcia, o un nasero, cuando cambia la carnada para la langosta; cómo se contabiliza el tiempo de un marinero que descansa después de calar el arte o que tiene que recogerlo antes de tiempo por una avería; y si hay tres días de temporal, ¿se ficha o no se ficha en el torno? qué dice de eso la nueva ley de la ministra Magdalena Valerio.
El sector pesquero almeriense -como el del resto de España- ha expresado su malestar por la decisión del Ministerio de Trabajo del pasado diez de junio de incluir al sector pesquero en la obligación de fichar al entrar y salir del trabajo, para cumplir con la Ley de Registro de la Jornada Laboral.
Los pescadores en general ven esta medida como un despropósito para el gremio “puesto que los barcos no son oficinas, puesto que el trabajo en el mar es totalmente diferente al de la vida cotidiana de un trabajador en tierra”.
En esta línea se ha expresado José María Gallart, gerente de Asopesca, quien señala a Efeagro que “estamos totalmente en contra de este control porque el mar y el sector primario en general tienen unos horarios que nada tienen que ver con los de cualquier otra actividad”.
Añade Gallart, vicepresidente también de la Federación Andaluza de Armadores de Pesca, que fichar supone un gran dificultad en la flota de arrastre del Mediterráneo que permanece en el mar doce horas seguidas, pero no todas ellas son de trabajo efectivo”.
Los armadores se muestran esperanzados en que el Gobierno cambiará la ley “porque es un auténtico disparate”. El secretario general de Cepesca, Javier Garat, asegura que ve imposible cumplir con esta obligación por las singularidades que presenta el oficio de pescador.
Desde las cofradías de pescadores también trasladan su descontento y su escepticismo de que se pueda cumplir con esta medida.
Las organizaciones del sector quieren reunirse con el Ministerio de Trabajo para intentar dar una solución a esta normativa que ha generado sorpresa en el sector pesquero almeriense.
Las diferentes artes de pesca, como el arrastre, la marrajera, la traíña o las artes menores, necesitan de una gran flexibilidad horaria, en función de la especie que salgan a capturar o de las condiciones climatológicas de cada día.
Muchos días los temporales obligan a la flota a mantenerse amarrada a puerto y los horarios cambian.
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