La flota de arrastre de cuatro puertos de la provincia permanecerá amarrada hasta finales de febrero para cumplir con el periodo de paro biológico.
En total son 33 embarcaciones de esta pesquería -Almería (12), Garrucha (8), Carboneras (7) y Adra (6)- los que han dejado de salir a faenar especies como la merluza, la pescada, la gamba o la cigala, para cumplir con las indicaciones de la Unión Europea. En el puerto de Roquetas, donde abundan las artes menores y el palangre, no hay ningún buque matriculado para el arrastre.
El paro biológico afecta a todos los puertos del mediterráneo andaluz, en total 82 barcos y 410 marineros. En Almería son en torno a 150 armadores y tripulantes los que se quedan en tierra sin que, en principio, esté estipulada compensación económica alguna como sí ocurría en otras anualidades.
La veda llevará consigo una mayor escasez de pescado fresco de las especies que se pescan con vacas y con la suspensión de las habituales subastas.
Siguen, mientras tanto, pescando con normalidad las embarcaciones de cerco, artes menores y palangre, que desembarcan el jurel, el boquerón, la sardina o la caballa, entre otras muchas especies. La pesca de arrastre supone la principal fuente de ingresos de las cofradías y asociaciones de armadores de la provincia. El sector de la pesca de arrastre ha sufrido un grave varapalo con la aprobación por parte de las autoridades comunitarias de un nuevo plan de gestión que les obligará este año a reducir el 7,5% los días de pesca y que irá siendo gradual hasta, según el gremio, “hace muy difícil su continuidad como actividad económica”.
Es previsible que, ante esta parada biológica de arrastre, llegue a las pescaderías almerienses mayor cuota de pescado y marisco procedente de otras zonas pesqueras cercanas como Águilas o Mazarrón o del Norte de África.
Los cinco puertos pesqueros de la provincia cerraron 2020 con unas capturas agregadas de pescado y marisco de 7,6 millones de kilos, casi un millón más que el ejercicio anterior.
El resultado en facturación no ha sido proporcional, quizá influido por la menor demanda en hostelería lastrada por la pandemia. Las ventas conjuntas han alcanzado un valor global de 23,3 millones de euros, frente a los 24 millones de 2019. El muelle de Almería ha sido el que más ha ganado en volumen y facturación y Garrucha en precio medio.
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