Cipriano Bonet es el patrón del Germán Bonet, un barco del Puerto de Cambrils (Tarragona) que hace cinco años, además de salir a faenar marisco, obtuvo permiso para una nueva actividad complementaria ya autorizada en Cataluña: la de la pescaturismo.
Desde entonces, para Cipriano, embarcar a paseantes de cuando en cuando en su embarcación es una práctica complementaria que redondea el jornal de la tripulación, sobre todo en verano.
El boleto para una excursión marinera ronda los 130 euros y los turistas pueden vivir en primera línea cómo se calan los aparejos, comer lo mismo que los marineros y cómo se recoge la captura del día. Desde ahora, esta práctica que empezó en Italia, y que lleva años permitiéndose en Mallorca, Cataluña y Valencia, será posible también en Andalucía, y por ende, en los cinco puertos pesqueros de la provincia.
Hasta ahora, la experiencia más parecida en puertos como Almería o Garrucha era cuando el Día de la Virgen del Carmen, los armadores permitían que los barcos se llenasen de público para dar una vuelta por la bahía. Pero el peligro de accidentes y la falta de un seguro adecuado para esa actividad han ido haciendo mella también en esta tradición marinera en los últimos años.
Sin embargo, la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo sostenible, acaba de dar cuenta al Consejo de Gobierno Andaluz del Decreto elaborado para autorizar y fomentar esta actividad y diversificar los ingresos del gremio.
Esta normativa ofrecerá “un marco legal de seguridad y confianza a las empresas que oferten estos servicios, atendiendo así a las reiteradas peticiones de los profesionales del sector andaluz que han mostrado su interés por desarrollar actividades complementarias que les permitan aumentar sus ingresos y generar nuevos puestos de trabajo mediante la diversificación”, según expone la referencia del Consejo de Gobierno.
El Ejecutivo andaluz espera que “esta apuesta por aprovechar las sinergias existentes entre el turismo, la pesca y la acuicultura incida también en el impulso de la economía azul en las zonas costeras de Andalucía, en línea con las orientaciones estratégicas de la Unión Europea”.
Este decreto, según subraya la Junta, “responde a una demanda histórica del sector andaluz y supone un avance respecto a la normativa estatal”, ya que la legislación andaluza abarca tres ámbitos de actuación -los de pesca-turismo, turismo pesquero o marinero y turismo acuícola--, mientras que la norma estatal “se ciñe únicamente a ofrecer una regulación de carácter básico de las actividades de pesca-turismo que realizan las embarcaciones profesionales del sector”.
Los turistas y la empresa armadora podrán llegar a un acuerdo para adquirir algunas de las capturas obtenidas durante la actividad, una transacción comercial que deberá contar con su correspondiente factura y nota de venta. La norma andaluza se refiere también a propuestas de turismo pesquero o marinero, que desarrollan los profesionales del sector con el fin de promocionar tanto las actividades y productos del mar como las costumbres, la tradición, el patrimonio y la cultura marinera.
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