Almería está haciendo frente a uno de los periodos más secos de las últimas décadas. El pasado verano fue de los menos lluviosos que se recuerdan, pero la llegada del nuevo Año Hidrológico, el pasado 1 de octubre, no ha dejado mejores registros en la provincia más allá de unos cuantos aguaceros de escasa consideración.
Para agricultores y ganaderos esa prolongada etapa de ausencia de precipitaciones se ha convertido en un quebradero de cabeza al agudizar el primero de los problemas a los que han de enfrentarse cada año, la escasez de recursos hídricos con los que atender los riegos, en el caso de los agricultores, y la acusada escasez de pastos para alimentar al ganado.
Sequía en aumento
Por lo general en los primeros meses del otoño, septiembre y octubre, Almería suele recibir lluvias (en ocasiones con más violencia de la deseable), pero este último año han sido meses secos que, además, han tenido continuidad en noviembre, diciembre y enero, que tampoco han sido generosos en materia de agua.
Así las cosas, todas las miradas están pendientes de las nubes que pasan sin soltar sus aguas, y de unas previsiones meteorológicas que no dan pie a mucha esperanza en torno a que pudiera producirse un cambio en la situación. La sequía es ya un hecho y no parece que lo que resta de invierno y la primavera vayan a traer grandes cambios, salvo deseables sorpresas.
Medidas de urgencia
La Declaración de Sequía efectuada por la Junta de Andalucía está permitiendo la ejecución de obras de emergencia, especialmente centradas en la Cuenca del Almanzora, donde las reservas de agua son mínimas y donde se suspendieron los envíos del trasvase del Negratín, precisamente por su bajo nivel de reservas.
Los agricultores, a través de la Mesa del Agua y de las organizaciones agrarias, han pedido con urgencia inversiones que permitan cubrir ese déficit, que se va ya por encima de los 200 hectómetros cúbicos, y un aumento de producción en las desaladoras, aunque recordando que está pendiente la aplicación de la ley que establecía como precio máximo por metro cúbico de agua desalada 30 céntimos.
La actual situación de escasez ya está afectando al cereal, el almendro, los cultivos extensivos del Levante y a la mayor parte de las explotaciones ganaderas.
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