Cincuenta años desde que Almería aprendió a economizar el agua

El más simbólico de los actos celebrados este martes en la provincia se escenificó en el Teatro Auditorio de Vícar y tenía una significación importante. En ese municipio, a principio de la década de los setenta del pasado siglo, se inició una experiencia que marcó el futuro de la agricultura intensiva almeriense, la puesta en marcha de la primera experiencia de riego por goteo.

Lo recordaba el alcalde de la localidad, Antonio Bonilla, que afirma que ese hecho histórico se puede considerar el nacimiento del llamado ‘milagro almeriense’. Era además la primera vez que se ponía en práctica en la península ibérica esa técnica innovadora, llegada desde la lejana Israel. El escenario de aquel salto tecnológico fue la Finca de las Fresas, donde se implantó la llamada ‘mecha húmeda’ y enseñó el camino para un aprovechamiento excepcional del agua, “que cambió de forma radical nuestra agricultura tradicional y ha sido clave para el espectacular crecimiento de nuestro sector agrícola y para el conjunto de la economía almeriense”.

Los hitos
El presidente de la Federación de Regantes de Almería, José Antonio Fernández, enumeró los cuatro grandes hitos que marcan el desarrollo del campo almeriense y de la historia de la provincia: primero utilizar la tecnología para buscar pozos a gran profundidad, con autobombas sumergibles llegadas de Estados Unidos. El enarenado permitió rendimientos nunca vistos, por su parte.

Posteriormente se levantaron los invernaderos sobre la base del antiguo parral para crear los llamados cultivos de primor, tan característicos de la provincia. Finalmente llegó el riego por goteo, que ha permitido el desarrollo del conocido como riego de precisión.

Fiesta del agua
Con ese argumento de partida, la celebración del Día Mundial del Agua se convertía en un alegato en favor del modelo agrícola de Almería, capaz de obtener los mayores rendimientos con la menor aportación de agua de la agricultura española, y en una fiesta para los cientos de asistentes a los actos organizados en Vícar.

Pero no todo son alegrías y parabienes porque para el presidente de Feral la realidad es que en el momento actual la provincia arrastra un déficit hídrico “más cercano a los 300 que a los 200 hectómetros cúbicos”.

Frente a la escasez
Se buscan soluciones para evitar el colapso y estas pasan, según Fernández, por incrementar la dotación de aguas desaladas hasta 180 Hm3, aprovechar las aguas residuales regeneradas para el riego, adoptar nuevas tecnologías para el ahorro o buscar trasvases.

Feral considera un paso en positivo el reciente decreto ley por el que fija en 0,45 euros el metro cúbico de agua desalada en toma de riego, un precio “asumible por parte de los agricultores”.