La escasez de lluvias de este año hidrológico no sólo está suponiendo un problema para los regantes, que ven cómo las reservas están disminuyendo y que las ansiadas lluvias no acaban de aparecer. Una sequía que está también afectando al mercado de compra-venta de fincas rústicas.
Hace unas semanas la plataforma especializada en este tipo de operaciones, Cocampo, daba a conocer el informe anual y determinaba que Almería era una de las provincias españolas que despertaba mayor interés entre los inversores, tanto particulares como de los fondos de inversión que veían en el campo almeriense una oportunidad de inversión muy rentable a medio y largo plazo.
Sin lluvias
Durante el ejercicio de 2022 cambiaron de manos en la provincia un total de 7.306 fincas rústicas en la provincia de Almería, según los datos recogidos por Cocampo en los registros mercantiles, que destaca que el incremento de operaciones fue superior al 20 por ciento. El mayor número lo constituyen las compras, con 3.129 operaciones cerradas en ese último año, mientras que en 2.065 casos el cambio de la propiedad se produjo a causa de las herencias.
Esa tendencia sin embargo ha experimentado un notable cambio en los primeros meses de este año, al producirse un descenso cercano al 15 por ciento en el número de operaciones realizadas en torno a las tierras agrícolas.
Un cambio que los expertos de la consultora española achaca a dos causas fundamentales: la primera de ellas es la prolongada sequía que se está registrando desde que se iniciara el año hidrológico 2022-2023 el pasado 1 de octubre y que en Almería ha supuesto que en más de la mitad del territorio caiga apenas un 25 por ciento de lluvias con respecto a media histórica.
Dinero mas caro
La segunda razón en ese cambio de tendencia es la consecuencia del progresivo aumento de los tipos de interés, que en menos de un año han multiplicado su tasa por ocho y ello está teniendo un efecto negativo en los compradores por el efecto desincentivador que supone el aumento de los costes de los préstamos.
El encarecimiento del dinero está haciendo mella especialmente en los particulares que buscan fincas para adquirir en la provincia, un colectivo que es absolutamente mayoritario ya que, según el informe de Cocampo, más del 90 por ciento de los demandantes de fincas, y de compradores finales son particulares frente a menos del 10 por ciento son o empresas o fondos de capital-riesgo.
El balance de un año para otro muestra ese descenso en la demanda de propiedades que, no obstante, se manifiesta con mucha mayor nitidez en el caso de aquellos que buscan fincas para ponerlas en explotación; en esos casos la disponibilidad de agua o de derechos de agua se convierte en una condición imprescindible y, en el actual momento de sequía, irrenunciable.
Para el disfrute
Ese tipo de compradores optan por zonas de agricultura intensiva y fincas o bien con invernaderos o bien susceptibles de albergarlos, además de otras dispuestas para el regadío.
En el otro extremo están aquellos que buscan fincas rústicas con destino prioritario a convertirse en zonas de esparcimiento o segundas residencias en las áreas rurales. Son los que Cocampo identifica como demandantes de ese otro tipo de propiedades destinadas más al disfrute que al cultivo.
En esos casos, que atraen a particulares procedentes de Almería, pero también de otras zonas del país o del extranjero, el descenso en el número de operaciones no es tan acusado porque, entre otras consideraciones, están en zonas con mayor disponibilidad hídrica.
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