Las empresas agrarias confían más en el camión que en el ferrocarril

Los profesores de la Universidad de Almería Juan Carlos Pérez Mesa y José Fernando Bienvenido Bárcenas han sacado a la luz el proyecto ‘Adaptación del transporte intermodal de perecederos dentro de una cadena de suministro inteligente’, en el que, en base a la consulta realizada a las empresas de comercialización agrícola de la provincia, se establece que, hoy por hoy, el transporte ferroviario no daría respuestas a sus necesidades.

La encuesta, realizada entre las empresas de Coexphal, pone de manifiesto que las empresas de la cadena de suministro de frutas y hortalizas confían más en la posible revolución tecnológica del transporte por carretera que en la adopción de un cambio modal”, según señalan los autores del estudio.

Indican que el camión frigorífico sigue siendo el transporte internacional más usado (97 por ciento del volumen total) por la buena conservación de los perecederos, explicando que la combinación de la flexibilidad, velocidad, transparencia y sencillez “hacen que este transporte sea una modalidad con la que es difícil competir actualmente”.

Las empresas reconocen no obstante las dificultades, entre ellas las de un coste que aumenta, no sólo a causa de los precios de los combustibles, sino por las limitaciones que se quieren imponer al tránsito de camiones. Ese coste supone entre un 20 y un 30 por ciento del coste total de las frutas y hortalizas.

Otro factor que apunta a la necesidad de la intermodalidad es el que se deriva de la competencia. La más directa la de Marruecos, “que ya goza de una buena conexión a través de Algeciras o de la conexión Tánger-Med, y sus productos pueden aprovechar el corredor ferroviario central de alta velocidad, algo que Almería no puede hacer por carencia del Corredor Mediterráneo”.

Alternativa

Consideran que, hoy por hoy, la alternativa más factible es el transporte marítimo, entendiendo los empresarios que esa fórmula  se configura como una solución a la saturación del transporte por carretera y “ante el palpable retraso de las conexiones ferroviarias”, para abrir nuevas posibilidades logísticas.

Los comercializadores almerienses no tienen claro que el transporte intermodal garantice la calidad del producto en destino, ni la entrega a tiempo, aunque ‘comprenden’ el beneficio ambiental y el posible ahorro de costes de transporte, además de ser conscientes de que los consumidores creen que el transporte de larga distancia es perjudicial ambientalmente. Y es que aunque los consumidores exigen información sobre la sostenibilidad “por ahora el factor dominante en la compra sigue siendo el precio, mucho más que el impacto ambiental del transporte”.

La apuesta va en la línea de buscar modelos innovadores sin dejar las carreteras, pero también aumentando la comunicación y la planificación entre proveedores y clientes a través de las nuevas tecnologías de la comunicación. Las empresas verían positiva la creación de centros de redistribución de frutas y hortalizas, que podría mejorar el servicio prestado al consumidor manteniendo la estabilidad y el surtido de producto en los lineales.