Cajamar aboga por recuperar la ética para lograr una sociedad más ‘justa’

El número 26 de Mediterráneo Económico, la colección de estudios socioeconómicos de Cajamar, se adentra en una cuestión tan profunda y tan actual como la pérdida de valores en la sociedad actual y aboga por una regeneración ética que permita la reconstrucción hacia un “estado de la justicia”.
El volumen lo coordina una de las filósofas más importantes e influyentes de España, Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y directora de la Fundación ETNOR (Ética de los negocios y las organizaciones).

Recuperar la ética En la presentación del cuaderno Cortina explicó que se trataba de poner en debate el papel de las instituciones en una situación tan compleja como la actual, pero puntualiza que no se trata sólo de los políticos, cuya misión es tratar de alcanzar el bien común a través de instituciones y prácticas ‘justas’, sino de una sociedad civil, que debe asumir su papel en la búsqueda de esa ética perdida.
Considera en cualquier caso que la sociedad civil está ya asumiendo responsabilidades ante la difícil situación a que se ha visto empujado el país y afirma que “ha despertado” ante la acumulación de problemas y la desconfianza hacia las instituciones políticas y administrativas.
“Las responsabilidades legales hay que cumplirlas, de forma imperativa, pero también las éticas; las primeras se cumplen por miedo al castigo, a la condena, las segundas por un sentido de la responsabilidad social”, señala la coordinadora del informe.

Propuestas creíbles Rescatar la ética e implicar a la sociedad en su recuperación se hace “en base a propuestas creíbles y viables, porque de otra forma se cae fácilmente en el desánimo. Por eso hemos querido basar el trabajo en parcelas en las que está funcionando, porque se trata de salir de la crisis, pero no sólo de la crisis económica”.
Asegura que la sociedad civil está actualmente en pleno proceso de evolución tras la acumulación de problemas derivados de una gestión elajada de la ética y de la justicia social, y cree que es un buen momento para abordar el rearme moral de la sociedad.
La primera parte del informe hace referencia al sector social, y a la educación como herramienta básica, con las familias como pilar esencial, con la Universidad o con las organizaciones solidarias, que están jugando un papel determinante.
El segundo de los sectores analizado es el de la economía, apelando a modelos en el que las empresas asuman compromisos éticos, desde los derechos humanos hasta la justicia laboral o su papel en la construcción social. El tercero la recuperación de los valores como fórmula para establecer sociedades más justas con loas personas.
Advierte que la asunción de responsabilidades ha de ser de todos “porque si no no saldremos de esta situación”.