Por primera vez desde que se pusieran en marcha en la provincia las plantas de recogida de restos vegetales para la fabricación de compost se han vendido absolutamente todas las existencias de este abono orgánico utilizado en los cultivos como fertilizantes.
Se trata de un hito histórico porque muestra una evolución positiva en el tratamiento de los residuos vegetales, y también una mejora en los procesos de producción del compost, una tarea que completa el ciclo de aprovechamiento de los residuos de la agricultura y que proporciona al sector una herramienta para la mejora de los balances ambientales y una solución para la higiene rural.
Las ventas
Los datos que se han conocido ahora corresponden a la comarca del Poniente y, en concreto, a las dos plantas ubicadas en el municipio de El Ejido, las de Ejido Medio Ambiente y de la Sociedad Ambiental Las Chozas, que han mejorado sus rendimientos.
El concejal de Agricultura del Ayuntamiento ejidense, Manuel López Galera, cuantifica el volumen de compost producido en estas dos plantas, que reciben los residuos vegetales de la mayor parte de la comarca del Poniente, en unas 100.000 toneladas sólo en la última campaña.
Y el hecho es que en los últimos meses el ritmo de las ventas ha sido netamente superior al de campañas precedentes, hasta el punto de que “se han agotado todas las existencias de compost de las que disponían estas empresas”.
Varias razones justifican esa demanda, por una parte la búsqueda de abonos orgánicos naturales, una política de precios ‘razonables’, pero también una mejora sensible en la calidad del compost que se está produciendo en las plantas de reciclado.
Gómez Galera explica que en los últimos años tanto la planta de Ejido Medioambiente como la de la Sociedad Ambiental Las Chozas han realizado una serie de mejoras en inversiones en maquinaria que permiten la elaboración de un compost de calidad superior a la que ofrecían con anterioridad.
Mercado local
El destino de esas 100.000 toneladas de compost está siendo mayoritariamente local ya que los clientes son los propios agricultores del Poniente almeriense, aunque se registran también demandas desde otras zonas de la provincia.
El hecho de que la agricultura almeriense cubra la práctica totalidad de la producción hace que otros mercados nacionales que podrían ser abordados se queden en principio sin suministro. Desde las empresas se trabaja para conseguir un mayor volumen de residuos que les permita abrir nuevos mercados para un producto con una demanda creciente.
Concienciación
La presencia de estas plantas de reciclaje de residuos agrícolas ha supuesto un salto cualitativo importante en la batalla permanente que mantiene el campo en la eliminación de los problemas sanitarios, abientales y estéticos que ha generaado a lo largo de las últimas décadas la acumulación de restos vegetales en el entorno de los invernaderos.
sibus in cum.
Para el concejal de Agricultura, que se haya agotado el estocaje de compost de las plantas es “un buen dato porque habla del esfuerzo que se realiza por parte de los agricultores en la recogida de los restos vegetales y su traslado a estas plantas”, pero también “del incremento de la concienciación por parte de los agricultores, cada vez más empeñados y más comprometidos con un campo más limpio y más sano”.
Ciclo completo
El aprovechamiento del compost supone además un paso más en la transición de la agricultura almeriense desde un modelo de producción lineal a otro de carácter circular. Ese modelo, también calificado como bioeconomía, no sólo propugna un aprovechamiento óptimo de los recursos naturales en la producción, sino que incluye un tratamiento adecuado y el aprovechamiento de todos los residuos, desde los plásticos a las aguas de riego o los residuos vegetales.
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