Deporte, una herramienta fundamental durante el embarazo

Durante mucho tiempo el valor del ejercicio durante el embarazo ha sido motivo de controversia en nuestro país. Las embarazadas eran vistas como enfermas vulnerables a las que había que cuidar durante todo el proceso y las que tenían que guardar absoluto reposo. Las investigaciones que se han llevado a cabo durante los últimos veinte años, han avalado que el deporte supervisado por un profesional, en personas no sedentarias antes del embarazo, genera numerosos beneficios para la salud no solo de la persona embarazada sino también del feto. Tantos son los beneficios, que hoy día deporte y embarazo se han alzado como una combinación imprescindible, siempre bajo la valoración y supervisión del ginecólogo y siguiendo las recomendaciones del profesional en medicina deportiva. 

En esta etapa, salvo en casos excepcionales o contradicciones médicas, la mujer mantiene todas sus capacidades para realizar actividad física, no sólo ligera o moderada sino incluso de intensidad media-alta hasta alcanzar el término del embarazo. 

Los expertos señalan que este potencial que se encuentra en las mujeres embarazadas solo se encuentra en aquellas personas que, previamente, ya practicaban con regularidad ejercicios o entrenamientos vigorosos. La gestación no es uno de los momentos más idóneos para empezar a practicar deporte sin supervisión si antes se llevaba una vida completamente sedentaria y no se practicaba ninguna actividad física. En esos casos, la moderación resulta lo más correcto.

Beneficios

Los beneficios de practicar deporte durante el embarazo son muy altos. Se pueden encontrar numerosos aspectos positivos para la salud y la del feto en mantener actividades físicas durante el embarazo. Los más destacados son un mayor control de la ansiedad que produce el embarazo, reduce la fatiga, regula el sistema digestivo, mejora la circulación y mejora la autoestima.

Además, la práctica de ejercicio aumentará el bienestar físico y psicológico de la madre, y le ayudará en todo momento a sentirse más activa, con un cuerpo flexible y en forma que la preparará para el parto. También mejora la circulación y aumenta la resistencia, protegiéndola de los cambios bruscos de peso y favoreciendo el correcto funcionamiento del intestino. 

Para las mamás que no practicasen deporte anteriormente se recomienda durante la gestación que intenten hacer deportes que no impliquen mucho esfuerzo o movimientos bruscos. Un gran ejemplo sería el golf, la marcha o la natación. Estos facilitan la circulación sanguínea y la digestión ayudando a la embarazada a prevenir trombos, varices u otros problemas en las piernas. La natación es también un deporte en el que se ejercitan multitud de grupos musculares, por lo que ayuda a que el cuerpo se relaje. 

El baile y la danza pueden practicarse siempre y es muy beneficioso para la salud mental de madre e hijo y crearán un fuerte vínculo entre ambos gracias a la música. Ciclismo, remo, gimnasia rítmica, todos ellos ejercitarán a la madre durante todo el embarazo. 

Además, caminar todos los días una hora a buen ritmo será una excelente alternativa para aquellas mujeres que desean mantenerse en forma pero sin realizar un esfuerzo muy elevado o no hayan practicado ninguno de los deportes anteriormente mencionados. 

Un programa de actividad física bien organizado y acompañado de una correcta nutrición puede tener efectos muy positivos sobre la salud materno-fetal durante estos nueve meses e incluso beneficios para la madre en el momento del parto, por lo tanto es recomendable no renunciar a la práctica de ejercicio físico durante el embarazo. 

Si la mujer ya practicaba con anterioridad deportes puede seguir practicándolo siempre que su salud se lo permita y siga un estricto control médico. Si por el contrario nunca antes había practicado ningún deporte, el embarazo puede ser un buen momento para iniciarse con mesura en estos hábitos de ejercicio saludable.