José Antonio Labordeta, el cantautor, escritor, catedrático de Historia y político aragonés visitó en 1995 el Valle del Andarax para la serie de TVE ‘Un país en la Mochila’. Editada en 2001 en vídeo, la filmación recoge su sorpresa al encontrarse con los pueblos de la Almería húmeda: “Nada que ver con la memoria de estas tierras”, exclama. La muerte de Labordeta, que originó un auténtico “tsunami” en internet, comparado en España al del óbito de Michael Jackson o Paul Newman, hace de este documental una leyenda.
El simpático Labordeta, que a casi todo el mundo caía bien, comienza su viaje en el puerto de La Ragua y al ver la nieve almeriense afirma ser testigo “de una increíble situación”. Perplejo, un rebaño de cabras hispánicas salvajes pasa a su lado y no oculta cierto temor. De nuevo se sorprende, con la Sierra de Gádor enfrente. Acaba de descubrir otra Almería.
Con el equipo de televisión a cuestas, Labordeta recorre minas de pirita abandonadas hasta llegar a Laujar, “capital del Alto Andarax”, donde insiste: “Veintitantas fuentes rompen el tópico del desierto almeriense”. El cuadro de Alonso Cano que alberga su iglesia “encierra la ternura de una bella adolescente” y esta vez no es un minero sino un bodeguero, una hilandera y una pastelera los personajes que va introduciendo en su mochila para que le expliquen sus quehaceres cotidianos con el vino, las rosquillas de anís o las jarapas.
Cuando llega a Fuente Victoria, Labordeta recuerda que ésta fue la última residencia española de Boabdil el Chico, pero es en Fondón donde le rinde homenaje ante los restos del ‘Cortijo de las Paces’, lugar donde firmó su rendición con Juan de Austria. Una almazara de 500 años le sirve de escenario para que un aceitero le explique como la aceituna de Almería “es mejor que la de Jaén en sabor, aroma y rendimiento”, pues el cosechero también posee olivos en Baeza y los compara. Labordeta parece no creérselo, hasta que le dan a probarlo en un vaso donde mete el dedo. Y sucumbe definitivamente cuando le invitan “a unas suculentas migas” y la cocinera le ilustra: “Si buenas migas quieres comer, el brazo te ha de doler”.
La Alpujarra
En Fondón, Labordeta señala que nacen los primeros almendros de toda España y tras visitar las antiguas minas de cobre se adentra en el Bajo Andarax y llega a Ohanes, “patria de la uva almeriense”. Declarado “municipio ecológico de Europa”, hoy su antigua fruta, cuya dura piel tanto resistía al lento transporte en barco, ha dado paso a otros cultivos.
Cuando Labordeta llega a Canjáyar lo hace por la calle Lisardo Carretero y descubre como la Ermita de San Blas era en realidad una antigua fortaleza árabe que defendía toda la comarca. Aún persisten las terrazas de cultivo de los moriscos, con sus sistemas de riego que hicieron florecer la vid y el aceite. Rágol, Instinción, Íllar y las termas romanas de Bentarique son otros lugares visitados, hasta tropezarse con un grupo de gitanos que recolecta naranjas entre cantos y bromas. En Terque, la “casa de los caballitos”, que en realidad son águilas leonadas, le alucina por su majestuosidad.
En Alhabia entrevista a un alfarero, que le cuenta y enseña el proceso de elaboración y pintura a mano de toda su cerámica. Y así llega a Alhama, donde visita el balneario y la casa de Nicolás Salmerón, entonces en reformas. Ante un monolito del presidente de la República “que se negó a firmar una sentencia de muerte” recalca que el busto de este político fue “desterrado durante la dictadura franquista” y un vecino le explica que, en Alhama, cuando a un niño se le ve muy despierto, le vaticinan: “¡Este va a ser un Salmerón!”.
La crisis de la uva en los años noventa afectó a Alhama, que supo rehacerse articulándose como cabecera de servicios de su comarca. “El puente de Alhama compite en desmesura con el de Alcántara”, asegura Labordeta al contemplarla. Y concluye el documental con una evocación de la cultura prehistórica de Los Millares, que 2700 años antes de Cristo reunió a 1000 personas en un asentamiento en cuya necrópolis se han encontrado cien tumbas.
El vídeo nos muestra a un Labordeta que, quince años antes de morir, se encuentra pletórico e ilusionado en su viaje a Almería. Incluso se oye alguna canción suya como fondo a los paisajes que va contemplando. La música está presente y de hecho un grupo folclórico de Laujar actúa para él durante su visita. Y se le ve emocionado al escucharlo.
Continúa el camino
“Desde las altas tierras de Sierra Nevada, el río Andarax enriquece las tierras de este valle que, a brusco paso, va descendiendo hasta las cálidas tierras de Alhama de Almería”, escribe Labordeta en la carátula del vídeo. Y añade: “Un recorrido vivificante con algunos lugares asombrosos como, por ejemplo, Fondón, donde la última almazara tradicional llena el ambiente del hermoso olor del aceite de oliva”. El texto, que lleva su firma autógrafa, concluye: “Por aquellos lugares guardan la memoria de sus hombres más famosos: Salmerón y el poeta modernista Villaespesa”. De este último, el documental rescata unos versos que le conmueven: “Seis fuentes tiene mi pueblo, y aquel que beba sus aguas, ¡tal sabor a gloria tiene, que nunca podrán olvidarlas...!”.
Labordeta acompañó su rodaje con información extra sobre esta Almería húmeda, desconocida para el gran público ajeno a la provincia. Nacimiento, donde surge el río Andarax, es “un paraje de gran belleza donde puede pasarse un inolvidable día de campo” dentro de un parque natural de 169.000 hectáreas como es Sierra Nevada.
La gastronomía también era una devoción de este incansable rompesuelas. De Almería destaca su cocina “de larga tradición morisca” y aunque Laujar aún no había apostado por la calidad de sus vinos, que hoy compiten con riojas y riberas, degusta los antiguos “zurrachos”, caldos caseros rosados y claretes de alta graduación alcohólica. Y no le desagradan. La mistela, fermento dulce del lugar, lo acompaña con pan de mosto, roscos de vino y uvas en aguardiente. Y era goloso, porque ante la pastelera laujareña que entrevista para la serie se le van los ojos detrás de todas las viandas y confiesa que no sabe cuál escoger porque se las llevaría todas.
La flora y la fauna también ocupa un lugar en su libreta de viajero. Entre las especies endémicas de la zona, anota: violeta de Sierra Nevada, edelweiss, acónito, manzanilla real, narciso, cardo, trébol, albarraz y saxitraga, mientras que las especies arbóreas que encuentra más significativas son el castaño, pino, romero, tomillo y jara.
Hombre alegre y meditabundo, al que conocí en el Congreso de los Diputados como representante de la Chunta Aragonesista, su sentido del humor era envidiable. Sus discursos se recopilarán algún día como los de Nicolás Salmerón o Blasco Ibáñez. Pero entre tanta solemnidad, que él aderezaba con la sal y pimienta de la ironía y el sarcasmo, se desprendía su devoción por la fiesta. De su recorrido almeriense destaca las de Fondón por San Sebastián (20 de febrero), Ohanes por San Marcos (25 de abril), Canjáyar por Santa Cruz (14 de septiembre), Laujar por la Virgen de la Salud (15 de septiembre) y Alhama por San Nicolás (6 de diciembre).
Ha sido tal la espontánea reacción ciudadana que se ha producido por la muerte de Labordeta que Aragón se plantea convertir su “Canto a la Libertad” en himno oficial, alentado por las decenas de miles de adhesiones que registran las redes sociales. Y no sólo eso: alcanzó 9.871 post en un día y medio en internet (cifra similar a la de Lady Gaga y Obama), su vídeo de “youtube”, bautizado con su célebre frase “yo voy con el puño cerrao, gilipollas”, dirigida al diputado del PP, Carlos Aragonés, cuando éste le interrumpió en el uso de la palabra, obtuvo 13.500 reproducciones en 24 horas y hasta ahora ha generado 1.873 noticias. A buen seguro que ésta sobre su paso por Almería no será la última.
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