Los cuidadores y su papel esencial en la atención a nuestros mayores

Cuidar de aquellos que nos han cuidado, más que un deber, es un honor. Y de ello tienen pleno conocimiento aquellas personas que se dedican al cuidado de personas mayores en las residencias de toda España.

El gerocultor, término que hace referencia al profesional que tiene como labor cuidar a las personas de la tercera edad en residencias o instituciones, cubre las veinticuatro horas de asistencia y sigue un plan funcional atendiendo a la higiene personal del residente, dar de comer y cumplir con las necesidades que presentan cada uno de los residentes.

Acompañamiento

Sobre estas funciones cobra especial importancia el acompañamiento emocional. La unión hace la fuerza y, en tiempos difíciles, el apoyo recíproco entre residente y cuidador ha sido funamental para sobrellevarlo.

En el desempeño de sus funciones cabe el diálogo entre ellos, y deja paso a los afectos, la compañía y la empatía, aspectos fundamentales para los residentes, los cuales los valoran y se los agradecen, cada uno a su forma.

Por ello, para ser un buen gerocultor deben existir sobre todo, unas capacidades personales que complementen las funciones propias de la profesión.

Agradecimiento

Según el “Estudio de Opinión sobre las Residencias de Mayores Post Confinamiento Covid-19 en España”, el 94% de los españoles valora muy positivamente la labor de las residencias geriátricas durante la pandemia.

Asimismo, el 71,8% opina que se debe continuar invirtiendo en ellas con el objetivo de mejorar la experiencia y la adaptación de los servicios a las necesidades de los residentes.

Las residencias de ancianos consiguen una puntuación de 6,2 sobre 10, en el caso de los centros privados, y de 6 sobre 10, en el caso de los centros públicos.

El informe afirma que más del 85% de los españoles con algún familiar en una residencia de mayores consideran que el sector ofrece un servicio de calidad.