La noche del sábado Almócita se llenará de magia; es la Noche de los Candiles. A las nueve de la tarde se anunciará el inicio de tan singular festejo, se apagarán las luces del pueblo y se encenderán cientos de candiles que fundirán su luz con la música y las actividades que tratan de recuperar la conciencia de la tierra, la espiritualidad arrebatada a los seres humanos bajo el amparo del vertiginoso ritmo de cambio de las sociedades post industriales.
El alcalde, Francisco García, recordaba ayer durante la presentación de esta fiesta que desde hace ya seis años Almócita “presenta inquietudes muy marcadas en relación con el desarrollo sostenible y la importancia que implica un elevado grado de concienciación que se traduzca en la voluntad de cambio necesaria para lograr una sociedad más respetuosa con el medio ambiente”.
La génesis
De esa declaración de intenciones nació, en el año 2011, la Noche de los Candiles, y se concluyó que no bastaba con efectuar un apagón en la red de iluminación y encender los candiles, sino que “había que ahondar un poco más y debía hacerse desde la perspectiva de recuperar aquella parte de espiritualidad e identificación con la naturaleza” arrebatada por la vorágine de la sociedad actual.
En su declaración de intenciones el Ayuntamiento explica que tienen la firme creencia “que de poco o nada vale decir que se quiere ser responsable con el medio que nos rodea sin sentirlo realmente”. Y para propiciar ese sentir se pone en marcha esta fiesta en la que “la música amplifica las emociones y es por medio de la música -ligada a una puesta en escena que se envuelve en un halo de magia y misterio- como pretendemos, en la medida de lo posible, rememorar nuestra verdadera idiosincrasia natural y espiritual. Confeccionar un genuino antídoto que recupere nuestra emotividad despertando el lado más humano, parte menoscabada del propio ser, consecuencia inevitable del turbulento y alienado tiempo que nos ha tocado vivir.
Al fin y al cabo, el objetivo es recuperar, aunque sólo sea durante unas horas, “el sentido romántico de que lejos de ser la máxima expresión de la naturaleza, seguimos siendo una parte intrínseca de la misma”, concluye el alcalde.
Tal puesta en escena desde luego ha tenido un resultado impresionante porque la noche de los Candiles es hoy una referencia obligada para miles de personas y despierta interés en toda la provincia y en otras partes del país, como lo demuestra la asistencia de grupos musicales procedentes de otras provincias.
Tal demanda genera también sus problemas, entre ellos el de aparcamiento para los cientos de vehículos que llegan cada año para vivir una noche mágica. Pero el Ayuntamiento trabaja en solucionarlo creando explanadas y ordenando la más que previsible avalancha que se producirá este sábado.
Renovables
Francisco García afirma que no es sólo la tradición, es también la particular fórmula de Almócita por reivindicar el uso de las energías renovables. Y de paso un sistema útil para atraer el interés de mucha gente dispuesta a conocer un pueblo tan singular, un turismo que el alcalde cree deseable porque son personas que llegan con buena disposición para aceptar los mensajes.
La colaboración de la Diputación ayuda, y así lo señala el alcalde. El diputado de Cultura, Antonio Jesús Rodríguez, afirma que no dudaron ni un momento en prestar apoyo a un pueblo “que da ejemplo al resto de la provincia”.
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