El Ayuntamiento de El Ejido paraliza la construcción de invernaderos sin licencia

Con el objetivo de que se respeten la normativa de ordenación y recogida de pluviales, el consistorio intensifica los controles de vigilancia en el campo

Manuel Gómez y técnicos de Agricultura durante la supervisión de los invernaderos.
Manuel Gómez y técnicos de Agricultura durante la supervisión de los invernaderos.
La Voz
18:38 • 17 ago. 2016

La concejalía de Agricultura del Ayuntamiento ejidense está aprovechando estos meses de verano, coincidiendo con la temporada de construcción y renovación de las infraestructuras agrícolas, para intensificar los controles de vigilancia en el campo a fin de recordar a los agricultores la obligatoriedad de cumplir con la normativa existente, así como adaptarse a la nueva ordenanza de Recogida de Pluviales realizada, la cual entrará en vigor en breve.




En dicha norma, se regula y detalla las características que deben de tener las estructuras agrícolas, los accesos a dichas fincas o los lindes; así como la imposición establecida de dotar de sistemas de recogida de pluviales que, como mínimo, poseerán una capacidad de absorción de un volumen de agua de 35 litros por metro cuadrado para poder así frenar los problemas de impermeabilidad e inundaciones que está sufriendo el municipio.




A ello, se suman en la ordenanza otros aspectos generales importantísimos relacionados con la gestión de los residuos agrícolas, las infraestructuras ecológicas, las disciplina en torno a este tipo de suelo y las medidas cautelares de paralización de construcción de invernaderos.




Construcción responsable
Precisamente en el apartado de la construcción de invernaderos y, aunque la campaña no cuenta con un fin sancionador, los técnicos del área de Agricultura han procedido a suspender algunas de las obras, así como abrir expedientes a los agricultores por deficiencias en las obras o por carecer de licencias de ejecución; siendo éstas desde el 2010 obligatorias. De hecho, la última de las acciones ha tenido lugar en estos días en el Paraje Lupión, estando ahora el agricultor en proceso de plantear de nuevo el proyecto y ejecutar la infraestructura agrícola en base a todas las normativas vigentes.




Por su parte, el concejal Manuel Gómez Galera asegura que "lo que se pretende con este tipo de controles y campañas no es otra cosa que evitar construcciones fuera de esa ordenación urbanística y planeamiento en el que venimos trabajando desde hace años, bien vía modificaciones del PGOU o con ordenanzas pioneras como ésta. Y todo ello, con el objetivo de contar con un campo más ordenado, moderno y preparado para absorber el agua de lluvia y las propias de condensación del umbral de escorrentía existente en nuestro municipio, el cual está establecido en esos 35 litros por metro cuadrado que exigimos, así como con unas acordes vías de comunicación o infraestructuras más equipadas".




En base a ello, insiste el edil, “estamos informando al agricultor para que se adapte a esta ordenanza ambiciosa antes de su entrada en funcionamiento, así como haciéndole ver a ésta como un aliado y un instrumento que aportará muchas ventajas y beneficios al sector que hará posible un diseño urbanístico en el entorno rural que reducirá la impermeabilidad existentes y que, sobre todo,  vendrá a prevenir los daños sobre fincas colindantes, muros y arrastres de arena y todos esos perjuicios que las escorrentías sin salida provocan en carreteras, caminos rurales, ramblas  y canales de riego o calles públicas del municipio”.




Asimismo, “mejorará la calidad del entorno y garantizará la viabilidad del propio modelo productivo, el cual precisa, también, de este tipo de acciones para mejorar su imagen y avanzar en torno a los criterios que marca la propia Unión Europea”.




Por ello, Gómez Galera insiste en la prioridad de “realizar inversiones y un esfuerzo común para que nos impliquemos en esta nueva modernización y este nuevo paso que damos en materia planificación urbanística, ya que estamos proyectando la radiografía del municipio que queremos para los próximos 20 años”. Y ello, “nos permita poner en valor, aún más, nuestras frutas y hortalizas con un entorno mejor que tendrá este hecho como factor diferenciador respecto a otras zonas productivas al aplicar ordenanzas y sistemas que, que, de forma paralela, “tendrá una repercusión ambiental positiva, ya que aportar un mejor aprovechamiento del agua del regadío, bien porque el agricultor la recoge y la reutiliza en la propia finca o por el hecho de poder aplicarse como recarga para los acuíferos”.



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