Fue una usuaria, paciente habitual del Hospital de Poniente, quien le comentó un día a la bibliotecaria del centro lo bueno que sería para los pacientes tener puntos de lectura en distintas plantas del edificio. Así podrían entretenerse, por ejemplo, quienes soportan cada día largas sesiones de diálisis o quienes pasan largas temporadas en el hospital. La encargada de la biblioteca le transmitió la idea a la directora gerente del centro, Pilar Espejo, que enseguida se puso manos a la obra y “unió voluntades”, como señalaba hoy, para que la biblioteca de pacientes fuera una realidad lo antes posible. Le pidió ayuda a las delegaciones de Igualdad y Cultura y, en pocas semanas, recibió los muebles -realizados por el Centro ocupacional Javier Peña- y centenares de libros, que ya están a disposición de los pacientes y también de sus familiares.
La biblioteca de pacientes -instalada en las plantas tercera, cuarta y quinta del recinto hospitalario, además de en la sala de diálisis- cuenta ya con casi 500 libros. Alrededor de 200 han sido cedidos por la delegación de Cultura, casi un centenar fueron regalo de la paciente que dio la idea y también ha habido aportaciones del personal médico o de quienes han pasado por el hospital, han comprado un libro en el kiosco y lo han dejado allí a su marcha. El centro hospitalario cuenta también con red wifi para los e-books, pero no quiere olvidarse del placer que, para muchos, sigue siendo tener un libro de papel entre las manos.
La donación de volúmenes -se admiten todo tipo de libros, desde novelas a ensayos o biografías- está abierta a quien quiera regalar sus libros a esta biblioteca para pacientes.
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