La falta de infraestructuras o la mala calidad de éstas es la principal causa de la inseguridad en el tráfico y, por extensión, de accidentes en las carreteras. Así lo ha señalado el alcalde de Roquetas, Gabriel Amat, durante la inauguración del I Congreso Nacional de Movilidad Sostenible, Seguridad Vial y Tráfico que se celebra en en Aguadulce y que durante tres días abordará distintos temas relacionados con estos tres ámbitos de la mano de los mayores expertos a nivel nacional ante 167 inscritos.
“Queríamos hacer este Congreso para escuchar, para aprender, para proporcionar ideas entre todos que nos ayuden a dar siempre un mejor servicio a los ciudadanos”, ha afirmado Amat, para recordar a continuación “la dificultad que hemos encontrado durante todos estos años para proporcionar una mejor seguridad vial y tráfico, dada la falta de infraestructuras viarias que padecíamos”.
Una carencia que, según el alcalde, se daba “hasta ahora, que acabamos de inaugurar el semienlace con Aguadulce” única entrada al municipio desde la autovía A7, “cuyas estadísticas de paso de vehículos diarios dejan asombrados y producían problemas de seguridad”, así como a la “fundamental conexión entre la autovía y la Urbanización para pacificar el tráfico de las arterias principales como ya estamos haciendo”.
La seguridad vial ha centrado la primera jornada del congreso, que se celebra hasta el viernes 18, con tres ponencias sobre las nuevas tecnologías, a cargo del catedrático de Seguridad Vial Luis Montoro; la gestión de la velocidad en la zona urbana, a cargo del asesor de Pons Seguridad Vial y ex director de Normativa de la DGT, Ramón Ledesma; y los peligros de la distracción, a cargo del asesor de contenidos de Ponle Freno Atresmedia, José María Quesada.
Muertes por 'pokemon'
Montoro ha felicitado al Ayuntamiento de Roquetas de Mar por esta iniciativa y subrayado la importancia de seguir estudiando y debatiendo sobre seguridad vial, “un tema que nunca va a acabar, porque siempre va a haber nuevos peligros”, ha advertido: “¿Quién nos iba a decir que en el año 2016, los ‘pokemon’ serían causantes de más muertes en la carretera que el alcohol”.
Montoro ha cifrado de hecho en 55 millones de personas, las fallecidas en los 120 años de historia de los vehículos a motor, “todas ellas muertes evitables, de personas sanas”, y en unos 2.500 millones de personas las que han sufrido heridas o secuelas de invalidez”.
Por ello, ha defendido, “se han desarrollado muchas estrategias, con relación a las vías, la supervisión policial, el factor humano y los vehículos”. Para Montoro, “nunca podremos estar suficientemente agradecidos por el esfuerzo técnico que ha hecho la industria del automóvil, por las millones de hora dedicadas a la búsqueda de elementos de seguridad vial”.
Sin embargo, el también presidente de la Fundación Española para la Seguridad Vial ha puesto de manifiesto el desconocimiento de los conductores sobre la tecnología integrada en sus vehículos y los peligros que los avances tecnológicos producen al interferir en la percepción visual de los conductores.
Suspender el teórico
El ponente ha detallado algunos estudios realizados por Fesvial que concluyeron “no sólo que el 96% de los conductores con más de cinco años suspendería el examen teórico de conducir, sino que el 75% desconocía tecnología básica como el ABS o el Isofix”.
También ha analizado los peligros del “estrés perceptivo, atencional y tecnológico” que sufren los conductores. Primero, “por la masiva señalización de las vías en demasiadas ocasiones, en cuanto al exterior”, y después “por la tecnología embarcada en los vehículos, que sobrecargan al conductor”.
Montoro ha ejemplificado estos avisos con imágenes de cuadros de mando actuales “que despistan y hacen al conductor tener que realizar un mayor esfuerzo cada vez para algo tan simple como conocer a qué velocidad se está circulando” incluso con cuestiones que no lo parecen, como el velocímetro digital en lugar de analógico, o con otras más actuales como la proyección del cuadro sobre la luna del vehículo . “Se está tendiendo a la sobrecarga del campo perceptivo y atencional, la tecnología no tiene límite pero sí el cerebro humano, por lo que hay que adaptar la tecnología al cerebro y no al contrario”.
También ha alertado de que “hay tecnologías que crean exceso de confianza, como los detectores de fatiga, que no son fiables como demuestran los estudios”, y que producen sin embargo que “a mayor confianza y seguridad percibida, mayores riesgos se asumen”.
El dilema social de la conducción autónoma
El catedrático de Seguridad Vial Luis Montoro ha dedicado su intervención a las las nuevas tecnologías y su influencia en la seguridad vial, analizando los problemas y los retos que puede llegar a plantear y que, en muchos casos, ya plantean. Entre las novedades que la tecnología pone al alcance de los fabricantes de vehículos está la conducción autónoma, “que todavía se encuentra a un nivel muy básico ya que se precisa para su desarrollo una gran tecnología no sólo en vehículos, sino también en vías, infraestructuras y señalización”, ha explicado el también presidente de la Fundación Española para la Seguridad Vial.
Además, en su experta opinión, “se abren muchos dilemas sociales como el tipo de carnet que se necesitaría, el seguro, y el hecho de que para un vehículo autónomo siempre prevalecerá la protección de sus ocupantes por encima de la de los peatones”. El catedrático de Seguridad Vial ha concluido su ponencia alertando de “los riesgos de la publicidad y el optimismo tecnológico de los fabricantes”.
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