La distracción al volante causa el 40% de los accidentes y el móvil los duplica

El fiscal jefe de Andalucía de Seguridad Vial, Luis Carlos Rodríguez, ha sido el encargado de cerrar el I Congreso Nacional de Movilidad Sostenible, Seguridad Vial y Tráfico que durante tres días se ha celebrado en Aguadulce y en el que expertos en seguridad vial y movilidad han puesto sobre la mesa los problemas que afectan al tráfico y que repercuten, los peligros que éste supone para las personas, la merma en la calidad de vida en las ciudades y las soluciones que se pueden y deben aplicar.

Si algo ha quedado patente durante estos días, es que los avances tecnológicos  que tanto pueden llegar a facilitar la conducción se pueden convertir también en un peligro para el conductor, para los otros vehículos y para los peatones.

Así, el asesor de contenidos de Ponle Freno Atresmedia, José María Quesada, expuso en su intervención que “la distracción al volante es la principal causa de accidente y supone más del 40% de accidentes con víctimas. Una cifra que se ha duplicado en una década a causa de los smartphones”.

Quesada alertó de que “los conductores no somos conscientes del riesgo que asumimos con las distracciones, que se deben a varias causas como el hecho de que conducir sea una acción cotidiana, a los excesos de confianza, el mal uso de los sistemas multimedia, la sobrevaloración de las ayudas a la conducción de los vehículos y de nuestras destrezas, y a la falta de consciencia del riesgo”.

Los accidentes más letales
Las salidas de calzada en zonas urbanas son también otras de las causas que más víctimas provocan, tal y como explicó el responsable de seguridad vial de Cidro, Aquilino Molinero, quien aseguró que “son las causas de siniestralidad que mayor tasa de letalidad sufren en zona urbana, con 2,2 muertes por cada 100 víctimas”.

Tanto Ramón Pons, exsubdirector de Normativa de la DGT, como Juan José Martínez, ingeniero experto en Movilidad, han insistido en la necesidad de controlar la velocidad con la que se circula en las zonas urbanas. Pons defendió que no debe existir una sola velocidad para la ciudad, sino establecer vías a 50 kilómetros por hora y zonas de calmado de tráfico a 30 y a 20 km/h. En las primeras, se necesita “una gestión política del radar, con pedagogía, mientras que las otras dos precisan una fiscalización física y soluciones ambientales efectivas y racionales, tales como las semipeatonalizaciones y plataformas únicas en las que es el vehículo el intruso y no al revés”.

Asimismo, Martínez animó “a las autoridades municipales a apostar por el calmado del tráfico, ya que se demuestra que la siniestralidad se reduce”. Para ello, el diseño de la vía es fundamental y debe inducir al conductor a tener una práctica menos agresiva, y reforzar la prioridad peatonal. La iluminación es otro importante aspecto del diseño de las vías urbanas y fundamental para evitar accidentes. Los expertos apuestan que deben mantener  uniformidad en todo el tramo, siendo preferible menos intensidad pero continua, que alternar la iluminación.

Educación vial, una asignatura curricular
El testimonio de Juan López Castillo, víctima de un accidente de tráfico, ha servido para reflexionar sobre educación vial. El ponente planteó si la educación vial debería ser una asignatura curricular escolar o formar parte de otra como Educación para la Ciudadanía. “La responsabilidad de la seguridad vial es compartida, debe ser una prioridad política y de la sociedad civil, tenemos formas de reducir la accidentalidad y sin embargo ha aumentado, nos estamos relajando”, advirtió. Para sustentar su afirmación, López Castillo recordó que las cifras de siniestros ocurridos en España en 2015 son escalofriantes: 1.689 fallecidos, 97.756 vícheridos, casi 4.500 con grandes lesiones irreversibles cranoencefálicas o de médula y amputaciones.

La criminalidad y los accidentes de tráfico fue el tema de la intervención del director del Observatorio Criminológico de la Seguridad Vial, José María González, quien reveló que el 65% de los juicios celebrados en España el año pasado fueron por delitos contra la seguridad vial". González ha enumerado los factores ambientales de riesgo. "Según el triángulo de la criminalidad, para que ocurra un delito, en este caso un delito contra la seguridad vial, confluyen circunstancias en el victimario, la víctima y el lugar, ha mantenido. Por ello, ha incidido, "la seguridad vial debe entenderse como la protección de todos los elementos, teniendo en cuenta cada espacio para la implementación de medidas".