El 18 de septiembre de 1992, tal día como hoy, un apesadumbrado cielo gris cubría Serón y buena parte de la Sierra de Los Filabres. Nada excepcional en unos días de septiembre en los que el tiempo acostumbra a bailar entre el calor de los últimos compases del verano y las lluvias torrenciales.
Aquel día, sobre las tres de la tarde, un estruendo alertó a los habitantes del paraje natural de Las Menas, en el municipio seronense. Un helicóptero del denominado entonces Instituto Andaluz de Reforma Agraria (IARA) se había precipitado violentamente hasta estrellarse. La gravedad de accidente empeoró aún más. La aeronave se incendió tras tocar tierra con siete ocupantes dentro que venían de evitar que un pequeño conato de incendio declarado en la misma Sierra de Los Filabres pasase a mayores. El helicóptero se precipitó cuando regresaba a su base ubicada en Tíjola.
Conmoción
Pocos minutos después, a las tres y cuarto de la tarde, el cielo gris se tornó negro para los vecinos de Serón y del Valle del Almanzora. La noticia no tardó en llegar y el pronóstico era desolador. Dos muertos y cinco heridos graves como consecuencia del impacto y del posterior incendio. Los dos fallecidos, Miguel Cano Pérez, de 56 años de edad y Pedro Antonio Membrives, de 33 años, eran conocidos vecinos de Serón, el mismo municipio en el que perdieron la vida a escasos 10 kilómetros de su núcleo urbano. Ambos, al igual que el resto de ocupantes del helicóptero, formaban parte del Plan contra Incendios Forestales de Andalucía (Infoca). Entre los heridos se encontraban el técnico forestal Ángel Lozano Rubio, natural del vecino pueblo de Sierro; Luis Vega Millares, de 23 años y vecino de Serón; José Antonio Fernández, residente en el mismo pueblo seronés de 22 años; Manuel Sánchez Reche, de 48 años y también vecino de Serón y Ricardo de Carellani, de 30 años y natural de Murcia.
La conmoción era total entre los vecinos del municipio y se hacía aún más patente a medida que se iban conociendo los nombres y apellidos de los vecinos que se habían visto envueltos en esta catástrofe aérea de la que hoy se cumplen 25 años. Lo que no conocieron a ciencia cierta en aquel momento fueron las causas del suceso, ya que las primeras hipótesis apuntaban al impacto de un rayo en el helicóptero mientras que testigos afirmaron que una parte del vehículo había golpeado contra un árbol.
Homenaje hoy
En las horas siguientes, todo se sucedió como en un mal sueño para los vecinos de Serón. Y por supuesto para los familiares y allegados a las víctimas. El Ayuntamiento decretó dos días de luto y cientos de personas acudieron, invadidas por el dolor compartid, a dar el último adiós a los fallecidos. Veinticinco años después, los supervivientes han organizado un homenaje para la tarde de hoy que consistirá en una misa y la colocación de flores.
“Será un acto discreto igual que estos 25 años, sin el ruido de las noticias de aquel día, ni el bullicio propio del suceso ni las idas y venidas de políticos que en poco tiempo se desvanecieron”, indica un supervivientes que pide el anonimato porque “no queremos protagonismo”. Y en efecto, el protagonismo hoy volverá a ser de aquellos que hace 25 años perdieron su vida en la lucha contra el fuego.
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