Dentro de pocos meses, Mojácar dirá adiós a una de sus imágenes más tradicionales pero, a la vez, molesta para los vecinos: el dúmper de recogida de basura. El Ayuntamiento ha aprobado crear una partida de 45.000 euros para la compra de un nuevo vehículo eléctrico, silencioso y capaz de adaptarse a las características urbanas de calles estrechas y empinadas del pueblo mojaquero.
La alcaldesa de la localidad, Rosa María Cano, reconoce que “desde que tengo recuerdos, siempre he visto la recogida de basura y enseres con dúmper”. Sin embargo, llevan tiempo trabajando para encontrar una alternativa menos ruidosa e igual de efectiva y al fin han dado con ella. Se trata de un vehículo eléctrico de la marca Piaggio, con “gran potencia y capacidad de carga”. En breve se licitará la adquisición de uno de estos modelos.
Prueba satisfactoria
En Semana Santa llegó a oídos del Ayuntamiento la existencia del vehículo y consiguieron traer uno de ellos a Mojácar y probarlo en las estrechas calles. La prueba fue satisfactoria. “Entra por todas las calles, incluso las más estrechas”.
La recogida de la basura en Mojácar depende del Consorcio del Almanzora-Levante-Los Vélez, cuyos camiones y dúmper trabajan de madrugada. No obstante, el Ayuntamiento realiza un servicio extra por las mañanas, “para recoger enseres y basura de las personas que no cumplen con los horarios”.
El mayor problema del tradicional dúmper es el ruido de su motor, por lo que, especialmente “en verano, con las ventanas abiertas es muy molesto”, admite la regidora.
El Ayuntamiento ya se ha puesto manos a la obra para modernizar el servicio y quiere que el Consorcio se una a “dejar de lado el dúmper”.
No obstante, este vehículo similar a un tractor no desaparecerá del paisaje mojaquero. Y es que, por la peculiaridad de sus calles, se usa también para el suministro de bebidas a los bares y para el transporte de materiales a las obras. Antes, incluso, el butano llegaba en dúmper, aunque ahora ya disponen de un vehículo similar al que el Consistorio quiere comprar.
Con esta adquisición, Mojácar continúa su apuesta por los vehículos menos contaminantes y más eficientes. Por ejemplo, no hace mucho que la barredora que limpia sus calles también es eléctrica.
La construcción se ve encarecida
La singularidad del pueblo de Mojácar no solo afecta a la recogida de basura o el reparto de suministros. Uno de los sectores que más lo sufren es la construcción. “Hay gente que dispone de un solar pero prefieren no construir por el sobrecoste que supone el transporte de materiales y maquinaria específica”, explica una vecina. Algo que confirma el concejal de Obras, Agustín Montoya: “las obras se encarecen muchísimo, casi el doble”. Tener un municipio con un casco histórico singular tiene algunas desventajas.
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