El promotor de un hotel rural en la zona del antiguo cortijo Ricardillo, próxima a la Cala de San Pedro, va a continuar con los trámites necesarios para sacar a delante el proyecto. A pesar del informe de la Delegación de Medio Ambiente en el que dice que el proyecto “es incompatible” con los usos del Parque Natural, Daniel Navarro asegura que “continuaré con el procedimiento administrativo, tal y como la ley me permite”.
Navarro se ha mostrado entre molesto y sorprendido por enterarse a través de los medios del contenido del mencionado informe del que “no he tenido notificación ni de la Junta ni del Ayuntamiento de Níjar”, asegura.
En cualquier caso, el propio documento de Medio Ambiente reconoce que el promotor puede continuar con el proyecto de actuación, aunque eso sí, en ese caso, la Delegación advierte de que tendrá que presentar la autorización ambiental unificada.
OK urbanístico
Se trata de un paso complejo, pero con el que Navarro ya contaba. Además, el promotor explica que a nivel urbanístico tiene luz verde. De hecho, en marzo de este año, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio remitía un informe al Ayuntamiento de Níjar en el que informaba “favorablemente, a los solos efectos urbanísticos” la actuación propuesta y considera el proyecto “un acto adecuado al uso al que se vincula”.
De todas maneras, tener el visto bueno desde el punto de vista urbanístico no serviría de nada si no supera la evaluación ambiental unificada, algo que, por lo que figura en el último informe emitido por la Junta -“su construcción tendría importantes afecciones ambientales y paisajísticas”-, parece bastante complicado que consiga.
Ya van 195 denuncias por acampada ilegal
Daniel Navarro, propietario de la Cala de San Pedro y promotor del hotel rural, lleva puestas 195 denuncias ante la Guardia Civil por la situación de acampada ilegal masiva, construcción de habitáculos y hogueras. El problema por el que denuncia a Medio ambiente no es el de las decenas de tiendas de campaña que cada verano ocupan la franja de arena, si no los habitáculos construidos entre la vegetación de la cala, una zona protegida al estar dentro del Parque Natural.
El promotor del hotel rural propone en su proyecto reconstruir el cortijo Ricardillo, que se encuentra en ruinas, pero cambiando su ubicación a unos trescientos metros para sortear las restricciones ambientales que rigen en la zonas calificadas como B1 en la normativa que regula el parque natural de Cabo de Gata-Níjar.
Así, la localización que propone dentro de la misma finca catastral según afirma, se sitúa en zona B2, ubicación mejor ambientalmente y que le permitiría acogerse al Plan de Usos y Gestión del espacio protegido que dice que para construir una nueva edificación en parcelas donde existan restos rehabilitables tiene que demostrarse la inviabilidad de la rehabilitación o proponerse una ubicación alternativa más adecuada desde el punto de vista ambiental.
Según se recoge en la memoria del proyecto presentado al Ayuntamiento de Níjar, la actuación consiste en levantar un hotel rural de dos estrellas de nueva planta y con dos alas; el ala este acogería la recepción, el salón cafetería, aseos generales y cuartos de instalaciones y almacenaje mientras que el ala noroeste tendría 11 habitaciones con baño y terraza con vistas que se traducen en 22 unidades de alojamiento.
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