Preocupación en el seno de la comunidad educativa del Instituto de Enseñanza Secundaria Mar Azul ante la situación de peligrosidad a la que tienen que hacer frente cada día en un edificio en el que los desprendimientos empiezan a ser una amenaza constante.
La explicación a lo que sucede la ofrece Alberto Bouso, secretario de la AMPA Malerva del centro: “Todas las losas que rematan las ventanas por dentro tienen hierro. Y el remate superior de las paredes también. El hierro se oxidó y caen bloques de dos o tres kilos. Han caído montones”, indica.
Detonante
Según indica Bouso, “el detonante de la situación es que hace un mes o así un vendaval dio lugar a que cayera parte de la reja perimetral del colegio porque el material está todo podrido. Las maestras lo agarraron con bridas como pudieron y el ayuntamiento vino y lo valló para que nadie se arrime”.
De este modo, alumnos, profesores y familiares conviven a diario con una serie de vallas metálicas que delimitan la zona de la verja donde hay más peligro de que se caiga y también las zonas del edificio en las que hay peligro de desprendimientos.
Y todo ello por una circunstancia que el secretario de la AMPA tiene clara y es que “el problema es el óxido, que se está comiendo parte del centro”. Por eso se pregunta que “¿cómo se les ocurre ponerlo todo hierro en primera línea de playa?”.
Por todo ello, han decidido hacer llegar un escrito a la delegación de Educación “para reforzar los escritos y solicitudes que ya ha realizado el centro porque también nos preocupa”, precisa Bouso.
Reacción
Desde la AMPA, de momento, no se plantean movilizaciones ya que entienden “que va a haber respuesta porque es demasiado lógico. Esto no pueden obviarlo”. Entretanto, las vallas siguen siendo parte del paisaje cotidiano del instituto de Balerma.
Goteras en el gimnasio cuando llueve
Una de las circunstancias que también ha causado malestar entre los padres del IES Mar Azul es el hecho de que “el gimnasio, pese a ser de reciente construcción, tiene goteras. Y yo no me puedo explicar eso como es posible. Los días de lluvia no se puede ni entrar. Está todo empapado”, explica Alberto Bouso, secretario de la AMPA Malerva del centro.
Y es que esta es la constatación de que los problemas que padece la infraestructura del centro no solo están derivados de su antigüedad o de la oxidación producida por su proximidad al mar sino también que las deficiencias se reproducen en estructuras renovadas.
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