José Antonio Arcos
01:00 • 10 sept. 2011
Comienza la nueva campaña hortofrutícola mirando a Alemania, el principal cliente del campo almeriense y también el causante de la última crisis (el ‘E.Coli’). Arranca el ejercicio con novedades, ya que el gigante teutón pone nuevas exigencias a la compra de hortalizas; en este caso, quiere una reducción máxima de los LMR’s (límite máximo de residuos) permitidos, lo que supone que no aceptará hortalizas con cuatro o más materias activas.
“Almería ha sido llamada al orden por los supermercados alemanes y nuestro sector está respondiendo positivamente y ya se ha adaptado”, explica José Martínez Portero, presidente de Única Group, “Alemania solo quiere ver en los productos tres materias activas y una traza, máximo”.
Este requisito de los supermercados de este país ya ha hecho que para este año muchas comercializadoras obliguen a sus agricultores a dar el salto definitivo a la producción integrada, desterrando la agricultura convencional, ya que el uso de bichos es el mejor método para evitar superar los LMR’s. Esto está ocurriendo, por ejemplo, con el pepino, producto que seguirá los pasos del pimiento, cultivo modélico en esta revolución verde.
“Este año quien no esté por esta labor, tendrá difícil vender en Alemania”, añade Portero.
Un paso previo a la fauna auxiliar pueden ser las certificaciones de calidad. La idea es exportar productos diferenciados. “Los mercados y los clientes son cada vez más exigentes, por eso reclamamos producciones con control biológico o bien que tengan alguna norma de calidad, UNE o Globalgap, por ejemplo”, señala José Miguel Fresneda, gerente de Agroponiente-Níjar.
Sin embargo, Alemania no solo obliga a Almería, sino también al resto de zonas productoras, incluidos los países competidores.
También las alhóndigas
“Todo lo que entre en subasta tiene que ser producto certificado o con producción integrada”, corrobora Juan Enrique Vargas, presidente de Costa de Almería y de la asociación Ecohal.
De este modo, las alhóndigas almerienses (también las de Granada y Málaga) miran incluso más allá de los envíos a Alemania y quieren mimar al máximo la calidad de todas sus exportaciones.
Este autoimpuesto nivel de exigencia de subastas, cooperativas y sociedades agrarias de transformación (SAT) tiene como propósito evitar que Almería vuelva a ser protagonista por causa de alguna alerta sanitaria. Se está pensando en el daño en imagen que provocó el ‘etefón’, en ningún caso la bacteria del ‘E.Coli’.
“Es muy importante reseñar que lo que nos pidieron los supermercados alemanes lo hicieron mucho antes de que apareciera el E.Coli”, insiste Portero.
Única Group el pasado ejercicio comercializó el 100% de su berenjena, pepino y pimiento bajo lucha integrada, según el llamado ‘Compromiso Verde’ auspiciado por la Junta. Además este año Única prevé dar un salto en tomate, acercándose al 90% bajo este tipo de métodos de control. Otras empresas, como CASI, ponen también entre sus fines para este año el control biológico.
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