Overa recupera un carnaval insólito en la provincia

Este fin de semana, como cada año tras hacer la digestión, los cencerros de Overa volverán de nuevo a concentrarse para vestirse en la cochera de Inés y darán rienda suelta un año más a uno de los carnavales más pintorescos de la provincia. Los más ancianos lugareños recuerdan aún, a través de la Asociación Overa Viva, cuando peloteros de Zurgena y Palacés cruzaban el río y se reunían con los de Overa, saludándose con una exhibición de cencerros como síntoma de hombría. Cuando se ha generalizado en casi toda la provincia el carnaval de escenario o pasacalles, en esta pedanía huercalense aún se conserva una fiesta para vivirla y sumergirse en ella.

Sus principales intérpretes son las máscaras de camisa o peloteros, con su aspecto feroz, sus máscaras aterradoras y sus cuerpos semidesnudos y tiznados y gritos guturales; los Osos van cubiertos de pieles de oveja, atados por una cuerda y conducidos por un osero, van detrás de las mujeres para abrazarlas, “por ello se puede decir que el carnaval de Overa, es el carnaval del abrazo”, argumenta Juan Pardo, codirector de la Asociación Overa Viva.

Completan el trío de manifestaciones propias de esta barriada del Levante almeriense, las Mascaricas de Curucurú, que representan las anécdotas, las noticias locales y la crítica social. Salen en cualquier momento del carnaval y sorprenden con su representación teatral a todos los presentes por la calle y los bares. El Carnaval de Overa ha sido reconocido desde 2012 como Patrimonio Inmaterial de Andalucía en el Atlas autonómico de la Junta de Andalucía.

El papel crucial de Overa Viva
Hoy arranca con una pasacalles infantil, mañana habrá comparsas y gran baile de carnaval y el domingo, máscaras de camisa o peloteros, desde la cochera del Botas a la plaza Mayor y luego por todas la barriadas de Overa. 

Desde la Asociación Overa Viva se viene trabajando intensamente para revitalizar las costumbres de sus mayores, sus ritos, no solo desde la añoranza y el recuerdo, sino también desde el afán de recuperación. Una de las personas que ha trabajado en el estudio de estas tradiciones, para que sean conocidas por las nuevas generaciones ha sido la antropóloga Ana María García Díaz.