Mar Gutiérrez
11:53 • 24 sept. 2011
En el actual contexto de crisis económica y debido a los elevados precios de la vivienda, muchos almerienses se están viendo obligados a alquilar una habitación de su casa para poder hacer frente a la hipoteca o al alquiler de la misma. Cada vez son más las familias cuyos dos miembros se encuentran en el paro, y en los casos más extremos, ya no perciben prestación alguna. A su vez, estudiantes universitarios, funcionarios o profesores interinos que se desplazan a lo largo de la geografía española, están optando por este tipo de alquiler de habitaciones individuales que resultan más económicas que cualquier otra opción.
Son múltiples los portales de internet en los que se pueden encontrar anuncios tan llamativos como el de una almeriense de 40 años, Eva Areas, que vive en el barrio de Regiones, en la capital, y que alquila literalmente ‘una habitación en Almería a estudiantes, trabajadores, parejas sin hijos o personas solas a buen precio’. Pero lo más llamativo del asunto, es que esta anunciante insiste en que ‘se abstengan malas personas y ladrones’.
Pero anécdotas a parte, el caso de Eva es cada vez más frecuente en una sociedad almeriense con más de cien mil desempleados, según la Encuesta de Población Activa. Tal y como explica esta almeriense “mi marido trabajaba en la construcción y lleva varios años en el paro, por lo que sólo cobra la ayuda de 420 euros al igual que yo que antes era empleada en una casa de acogida pero perdí mi empleo de cocinera hace tiempo”.
Pérdida de intimidad
La vivienda en la que reside junto a su familia es de alquiler y por ella paga a la propietaria 400 euros mensuales por lo que se está pensando alquilar una de las habitaciones, puesto que cuenta con el permiso de la propietaria del inmueble. Pero la decisión no es fácil porque, tal y como asegura Eva, “a nadie le gusta compartir su intimidad y más aún sabiendo la clase de gente con la que te puedes encontrar, pero mi marido y yo estamos en una situación económica desesperada y no nos queda otro remedio”.
Como el caso de Eva hay muchos más en Almería aunque algunas personas son reacias a contestar cuando se les pregunta por el asunto y rehuyen hacer declaraciones.
Haid, un pakistaní afincado en la provincia desde hace años, alquila también una de las habitaciones de una vivienda que adquirió en propiedad en la Avenida Cabo de Gata de la capital, y que “es lo suficientemente amplia para que puedan vivir allí incluso dos personas y así consigo ahorrar dinero para mi familia”.
En la otra cara de la moneda, muchos estudiantes universitarios, profesores y funcionarios que se ven obligados a cambiar habitualmente de destino eligen cada vez más esta opción ya que así se ahorran dinero y no tienen que alquilar un piso completo. Es el caso de Marina, estudiante de la UAL, que reside habitualmente en Vera por lo que “para no tener que desplazarme todos los días a la capital he alquilado una habitación en la casa de una abogada en paro que se ha visto obligada a alquilar una habitación para poder hacer frente a la hipoteca. Me sale mucho más barato que alquilar un piso completo y prefiero esta opción a la de buscarme un piso compartido con más estudiantes por aquello de que tres son multitud”.
Inmobiliarias
La mayoría de estos alquileres de habitaciones se establecen de forma particular entre el propietario y el inquilino, tal y como han señalado a LA VOZ varias inmobiliarias consultadas, que insisten en que son muy pocos los casos de esta índole que se les presentan. Las inmobiliarias reconocen que es una práctica que está a la orden del día pero insisten en que en la mayoría de los casos el contrato se establece entre el arrendador y el arrendatario o que a veces no se firma contrato alguno.
Son múltiples los portales de internet en los que se pueden encontrar anuncios tan llamativos como el de una almeriense de 40 años, Eva Areas, que vive en el barrio de Regiones, en la capital, y que alquila literalmente ‘una habitación en Almería a estudiantes, trabajadores, parejas sin hijos o personas solas a buen precio’. Pero lo más llamativo del asunto, es que esta anunciante insiste en que ‘se abstengan malas personas y ladrones’.
Pero anécdotas a parte, el caso de Eva es cada vez más frecuente en una sociedad almeriense con más de cien mil desempleados, según la Encuesta de Población Activa. Tal y como explica esta almeriense “mi marido trabajaba en la construcción y lleva varios años en el paro, por lo que sólo cobra la ayuda de 420 euros al igual que yo que antes era empleada en una casa de acogida pero perdí mi empleo de cocinera hace tiempo”.
Pérdida de intimidad
La vivienda en la que reside junto a su familia es de alquiler y por ella paga a la propietaria 400 euros mensuales por lo que se está pensando alquilar una de las habitaciones, puesto que cuenta con el permiso de la propietaria del inmueble. Pero la decisión no es fácil porque, tal y como asegura Eva, “a nadie le gusta compartir su intimidad y más aún sabiendo la clase de gente con la que te puedes encontrar, pero mi marido y yo estamos en una situación económica desesperada y no nos queda otro remedio”.
Como el caso de Eva hay muchos más en Almería aunque algunas personas son reacias a contestar cuando se les pregunta por el asunto y rehuyen hacer declaraciones.
Haid, un pakistaní afincado en la provincia desde hace años, alquila también una de las habitaciones de una vivienda que adquirió en propiedad en la Avenida Cabo de Gata de la capital, y que “es lo suficientemente amplia para que puedan vivir allí incluso dos personas y así consigo ahorrar dinero para mi familia”.
En la otra cara de la moneda, muchos estudiantes universitarios, profesores y funcionarios que se ven obligados a cambiar habitualmente de destino eligen cada vez más esta opción ya que así se ahorran dinero y no tienen que alquilar un piso completo. Es el caso de Marina, estudiante de la UAL, que reside habitualmente en Vera por lo que “para no tener que desplazarme todos los días a la capital he alquilado una habitación en la casa de una abogada en paro que se ha visto obligada a alquilar una habitación para poder hacer frente a la hipoteca. Me sale mucho más barato que alquilar un piso completo y prefiero esta opción a la de buscarme un piso compartido con más estudiantes por aquello de que tres son multitud”.
Inmobiliarias
La mayoría de estos alquileres de habitaciones se establecen de forma particular entre el propietario y el inquilino, tal y como han señalado a LA VOZ varias inmobiliarias consultadas, que insisten en que son muy pocos los casos de esta índole que se les presentan. Las inmobiliarias reconocen que es una práctica que está a la orden del día pero insisten en que en la mayoría de los casos el contrato se establece entre el arrendador y el arrendatario o que a veces no se firma contrato alguno.
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