El suelo de la Bahía de San Miguel ya no será urbano y se pagará menos IBI

El Ayuntamiento de El Ejido va a modificar el Plan General de Ordenación Urbana, PGOU, con la intención de cambiar la clasificación del suelo de dos áreas del municipio ejidense, como con la Bahía de San Miguel y la carretera de Almerimar. Este supondrá que los agricultores tendrán que pagar menos IBI al Ayuntamiento de El Ejido, ya que con el anterior equipo de gobierno, al pasar el suelo de rústico a urbanizable en esas dos zonas, aumentaban los impuestos casi por dos, pasando de pagar 900 euros al año por una hectárea a 1.300 el año próximo y a partir de 2013, 1.700 y 1.900 euros cada año por hectárea. Los agricultores de El Llano han mostrado su preocupación por las plusvalías, que en algunos casos ya han llegado a pagar unos 60.000 euros por hectárea.

En el caso de la Bahía de San Miguel, el suelo calificado de urbanizable ordenado pasará a ser sectorizado y en el caso de la carretera de Almerimar, de sectorizado a no sectorizado. Es una modificación que beneficiará a unas 600 hectáreas de la Bahía de San Miguel y 200 en la carretera de Almerimar.

Tras el cambio de suelo con el anterior equipo de gobierno, los impuestos tributados se convirtieron en una ‘losa’ para muchos agricultores, además de no poder vender sus tierras para el desarrollo de la Bahía de San Miguel y las hectáreas de la carretera de Almerimar debido a la delicada coyuntura económica del sector constructor e inmobiliario. Con estos cambios, hasta que esas bolsas de suelo se desarrollen de forma definitiva, los propietarios podrían instalar provisionalmente invernaderos, en el caso de que no estuvieran ya instalados, puesto que tras el cambio de clasificación, los terrenos tendrían características similares a las del suelo rústico, con la ventaja que ello supone en pagar menos impuestos por parte de los agricultores afectados.

Para el concejal de Urbanismo ejidense, Alberto González, “la principal ventaja de esta medida es que evitaría a los propietarios, de momento, afrontar pagos más elevados derivados de los cambios de uso de los terrenos, de rústico a urbanizable. Aunque nos estamos tomando con cautela todos los planteamientos, hay que analizar todas las posibilidades que se nos presenten en el futuro”.