Mar Gutiérrez
19:20 • 01 oct. 2011
Noches de insomnio, ansiedad, estrés crónico, depresión o angustia vital. Seguro que alguno de ustedes padece de estos molestos síntomas a raíz de la complicada situación laboral que se está viviendo dentro y fuera de las empresas con motivo de la crisis económica que está dejando importantes secuelas en la salud mental de los almerienses.
Las cifras hablan por sí sólas y en los últimos seis meses en el Distrito Poniente, por ejemplo, se ha incrementado en un 15% el gasto farmacéutico en ansiolíticos y antidepresivos. Si nos centramos en el caso de las conocidas como benzodiacepinas-medicamentos entre los que se incluyen no sólo los ansiolíticos sino también los hipnóticos , somníferos y tranquilizantes, el aumento rondaría el 20%, mientras que los antidepresivos se dispensan un 10% más que hace seis meses.
A las consultas de los médicos de cabecera, que suelen ser los primeros profesionales a los que se acude cuando se padece un trastorno ansioso-depresivo cada vez llegan más pacientes aquejados de esta enfermedad. El miedo a perder el empleo, o la imposibilidad de encontrar un puesto de trabajo y los problemas económicos que el desempleo está acarreando en muchas familias propicia la aparición de unos síntomas que merman la calidad de vida y que en la mayoría de los casos requieren de un tratamiento médico.
No en vano, el doctor Samuel Díaz, neurólogo del Grupo de Estudios de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología, constata que en las consultas de estos profesionales “cada vez llegan más pacientes aquejados de fuertes dolores de cabeza cuyo trasfondo son los problemas de ansiedad motivados por la tensión laboral a la que están sometidos”. Para el doctor Díaz “el mal descanso nocturno que muchas personas están sufriendo por los problemas económicos y laborales y las preocupaciones continuadas derivan muchas veces en fuertes dolores de cabeza o en trastornos de ansiedad generalizada que hay que tratar generalmente con algún antidepresivo suave combinado en múltiples ocasiones con ansiolíticos”.
En las farmacias también han notado un incremento en la venta de este tipo de fármacos. Tal y como detalla Paula Cervantes, farmacéutica en el barrio de Cortijo Grande, “nosotros ya notamos este incremento hace año y medio cuando comenzaron los despidos masivos y percibimos un repunte en la venta de estos fármacos sobretodo por parte de gente joven, de entre 25 y 30 años, que anteriormente no solía ser consumidora de medicamentos de esta índole”. Desde el Colegio de Farmacéuticos de Almería, su presidenta, Pepita Ortega, asegura que “este tipo de situaciones tensas que está padeciendo la población se pueden traducir, también, en otro tipo de problemas de salud como el agravamiento de la menopausia, trastornos de tensión, o irritabilidad”.
Sea como sea, en los gabinetes psicológicos, cada vez se dan más casos de personas que presentan insomnio , ansiedad y depresión motivada por los problemas de trabajo. Tal y como detalla, Alfonso Ibáñez, vicedecano del Colegio de Psicólogos, “en los últimos meses nos encontramos muchos pacientes con estrés y ansiedad por encontrarse en paro, y no ver un futuro claro , pero también se encuentran angustiados y ansiosos aquellos que están pasando por duras situaciones laborales en las empresas viviendo muy de cerca el despido de compañeros y temiendo el suyo propio. La gente está ahora expuesta a situaciones muy fuertes y muy difíciles de soportar emocionalmente”. Para Ibáñez “estos casos, cada vez más frecuentes en la sociedad almeriense, deben tratarse no sólo con fármacos sino, también, con terapia”.
Las cifras hablan por sí sólas y en los últimos seis meses en el Distrito Poniente, por ejemplo, se ha incrementado en un 15% el gasto farmacéutico en ansiolíticos y antidepresivos. Si nos centramos en el caso de las conocidas como benzodiacepinas-medicamentos entre los que se incluyen no sólo los ansiolíticos sino también los hipnóticos , somníferos y tranquilizantes, el aumento rondaría el 20%, mientras que los antidepresivos se dispensan un 10% más que hace seis meses.
A las consultas de los médicos de cabecera, que suelen ser los primeros profesionales a los que se acude cuando se padece un trastorno ansioso-depresivo cada vez llegan más pacientes aquejados de esta enfermedad. El miedo a perder el empleo, o la imposibilidad de encontrar un puesto de trabajo y los problemas económicos que el desempleo está acarreando en muchas familias propicia la aparición de unos síntomas que merman la calidad de vida y que en la mayoría de los casos requieren de un tratamiento médico.
No en vano, el doctor Samuel Díaz, neurólogo del Grupo de Estudios de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología, constata que en las consultas de estos profesionales “cada vez llegan más pacientes aquejados de fuertes dolores de cabeza cuyo trasfondo son los problemas de ansiedad motivados por la tensión laboral a la que están sometidos”. Para el doctor Díaz “el mal descanso nocturno que muchas personas están sufriendo por los problemas económicos y laborales y las preocupaciones continuadas derivan muchas veces en fuertes dolores de cabeza o en trastornos de ansiedad generalizada que hay que tratar generalmente con algún antidepresivo suave combinado en múltiples ocasiones con ansiolíticos”.
En las farmacias también han notado un incremento en la venta de este tipo de fármacos. Tal y como detalla Paula Cervantes, farmacéutica en el barrio de Cortijo Grande, “nosotros ya notamos este incremento hace año y medio cuando comenzaron los despidos masivos y percibimos un repunte en la venta de estos fármacos sobretodo por parte de gente joven, de entre 25 y 30 años, que anteriormente no solía ser consumidora de medicamentos de esta índole”. Desde el Colegio de Farmacéuticos de Almería, su presidenta, Pepita Ortega, asegura que “este tipo de situaciones tensas que está padeciendo la población se pueden traducir, también, en otro tipo de problemas de salud como el agravamiento de la menopausia, trastornos de tensión, o irritabilidad”.
Sea como sea, en los gabinetes psicológicos, cada vez se dan más casos de personas que presentan insomnio , ansiedad y depresión motivada por los problemas de trabajo. Tal y como detalla, Alfonso Ibáñez, vicedecano del Colegio de Psicólogos, “en los últimos meses nos encontramos muchos pacientes con estrés y ansiedad por encontrarse en paro, y no ver un futuro claro , pero también se encuentran angustiados y ansiosos aquellos que están pasando por duras situaciones laborales en las empresas viviendo muy de cerca el despido de compañeros y temiendo el suyo propio. La gente está ahora expuesta a situaciones muy fuertes y muy difíciles de soportar emocionalmente”. Para Ibáñez “estos casos, cada vez más frecuentes en la sociedad almeriense, deben tratarse no sólo con fármacos sino, también, con terapia”.
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