Un grupo de empresarios compra el Club Social de ‘La Mata’ en Mojácar

La Mata, una de las urbanizaciones con club social y deportivos que más brilló en la Mojácar de los años 80 y 90, volverá a recuperar lustre al cabo del tiempo. Un grupo de empresarios locales ha comprado las instalaciones situadas junto al lecho del río Aguas a un inversor británico, su último propietario tras pasar por varias manos. 

Los trabajos de rehabilitación se han iniciado ya en las instalaciones, tras más de una década cerradas, que constan de un restaurante, jardines y zona deportiva con pistas de bolos sobre hierba, tenis, piscinas, squash y también discoteca, frente al campo de fútbol del C.D. Mojácar y detrás de un establecimiento de venta de plantas y vivero.

Noventa parcelas Junto a la zona social y deportiva, está en vías de desarrollo urbanístico una nueva zona residencial con nueva construcción de apartamentos y chalés sobre 90 parcelas a un precio que rondan los 90.000 euros, muy cercanas a la urbanización costera de Marina de la Torre bajo el cerro del Moro Manco. Se trata, La Mata, de una zona consolidada, con viviendas habitadas desde hace más de tres décadas sobre antiguos bancales de secano y ancestral actividad ganadera.

El origen de La Mata se inició con la promoción turística y deportiva de los empresarios Miguel Gem y Francisco Cañizares en 1988, que convirtieron el Club Social La Mata en punto de encuentro de la vida cultural y deportiva de la Mojácar con más de un centenar de socios. El restaurante fue regentado durante varios años por José Luis Cano, que después fue concejal de Cultura del Ayuntamiento mojaquero. El Club se dotó de una arquitectura castiza andaluza de cal blanca y rejería típica de la zona.

Durante los inviernos se organizaban competiciones con equipos internacionales de boleros uniformados de blanco. Mojácar contaba incluso con un equipo local de esta modalidad deportiva tan en boga entre los residentes ingleses. Sobre el césped de La Mata llegaban a pasar más de 2.000 boleros cada temporada. El año 92, de tantos fastos en todo el país, se llegó a celebrar en La Mata el campeonato del mundo de Bolos y hasta la localidad del Levante almeriense llegaron entonces deportistas de selecciones como Australia, Kenia, Israel, Sudáfrica, Inglaterra, Irlanda, Escocia y Gales. 

En los jardines del Club se celebraron también veladas musicales de ópera con la presencia de la soprano canadiense María Kastellitz, residente en Cala Panizo (Cuevas del Almanzora, esposa del pintor Thomas Ackerman.

Fue también, La Mata, que ahora reverdecerá laureles, lugar de encuentro en los veranos mojaqueros, de tertulias, convenciones médicas y exposiciones de arte. Entre sus socios se contaron los arquitectos José Luis Gallego, antonio López, el ingeniero de Telefónica, Antonio Benavides o el productor y actor inglés, Charlie Brown. 

Fue en ese tiempo, aprovechando el tirón de la recién abierta urbanización de La Mata, cuando proliferaron unas inéditas fiestas patronales en la barriada de La Rumina-El Palmeral, impulsada por Pedro García, propietario del Hotel Discoteca Continental, eligiendo patrona a Santa Ana. 

Junto a la vieja Venta de la Rumina

La Mata siempre ha estado ahí, agazapada tras la curvas del río Aguas, casi siempre seco su cauce como una calavera, con el Moro Manco mirando desde las alturas. Fue tierra de pequeños cortijos, de algarrobos, al lado de la Venta de la Rumina, donde se crió el periodista José Antonio Martínez Soler. Fue también tierra de pastores de cabras, que tras el ramoneo del ganado y el ordeño, iban por los pueblos vecinos vendiendo la leche fresca en cacharras de metal.Todo ese paisaje se fue transformando con la llegada del turismo, con esa originaria urbanización que lleva años en el dique seco y que ahora pretende volver a brillar.