Turre

Integrando a la comunidad británica

El Ayuntamiento abre una oficina de atención en inglés para los vecinos anglosajones

Británicos de Turre junto al alcalde y Marisa, tras la celebración de un torneo.
Británicos de Turre junto al alcalde y Marisa, tras la celebración de un torneo. La Voz
Fernando Moldenhauer
07:00 • 07 mar. 2020

El municipio de Turre ha dado un importante paso para la inclusión de sus habitantes británicos en la vida del pueblo, con la inauguración de la Oficina para la Integración de la Comunidad Británica, un nuevo espacio en el que una voluntaria bilingüe aporta información y soluciones a las dudas y problemas de la importante comunidad británica turrera.



La mujer encargada de realizar esta labor es Marisa Freeman, una leonesa que ha vivido 42 años en Inglaterra junto a su difunto marido y que todos los lunes de 10 a 12 de la mañana se sienta en una oficina del Ayuntamiento de Turre para ayudar a sus vecinos de habla inglesa a resolver trámites de documentación, traducciones, información, recogida de propuestas y otros asuntos que antes, por culpa de la barrera del idioma, tenían más difícil.



Muy buena acogida



Según apunta Marisa, la acogida del proyecto ha sido muy buena entre la comunidad británica. “El primer día me tuve que quedar media hora más de la cola que se había formado, y cada semana hay más gente”, informa esta vecina de Turre, que se siente “entusiasmada” porque, según dice, “no esperaba esa respuesta tan pronto”.



El puesto que desempeña no podría haber recaído sobre alguien más adecuado, ya que Marisa conoce y tiene relación con ambas comunidades. “A mí me conocen porque hago de unión entre los españoles y británicos, y desde el Ayuntamiento quieren mezclar a ambas comunidades”, aclara esta voluntaria ‘lingüística’.



Cuestiones esenciales



Entre las cuestiones que le plantean a Marisa todos los lunes figuran temas esenciales como, por ejemplo, el proceso para “solicitar la afiliación a la seguridad social o el permiso de residencia”, explica.



Antes de la apertura de la oficina los británicos tenían “muchísimos problemas” para llevar a cabo este tipo de trámites administrativos. “Tenían que contratar a un intérprete e ir a Extranjería en Almería para realizar estos trámites, y les salía bastante caro”, resalta Marisa.


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