La Inmaculada vuelve a su casa

A las cinco y media de la tarde de ayer el patrón de Alhama de Almería, San Nicolás de Bari, salía de su templo parroquial para ir en busca de la patrona de la localidad, la Inmaculada Concepción, que ha sido restaurada y después de varias semanas en los talleres de la empresa almeriense Dromos regresa al pueblo para ser venerada por los alhameños.

La cita se vivió con emoción y fervor en la localidad alpujarreña del Medio Andarax. La historia había comenzado meses antes cuando, ante el progresivo deterioro de la talla de la Virgen, se decició, de acuerdo con el Obispado, proceder a la restauración de la imagen creada a mediados del siglo pasado por el artista sevillano Antonio Castillo Lastrucci en sus talleres.

En manos de expertos
Y así llegó a menos de dos de los más brillantes restauradores de Almería, la pareja formada por Francisco Valls y Esther Guerrero, que gestionan el establecimiento Dromos, ambos licenciados en Bellas Artes y ambos especializados en la restauración de todo tipo de figuras y objetos artísticos, desde cuadros a tallas, frescos o estatuas.

El resultado es espectacular ya que se ha trabajado tanto en una restauración estructural, debido a las grietas y escaraciones que presentaba la imagen de la Inmaculada, como de la policromía, al hallarse deterioradas buena parte de las tonalidades que adornan tanto el rostro y manos de la Virgen alhameña como el espectacular manto que la adorna.

La imagen, ya restaurada, fue guardada en un almacén parroquial donde hasta ayer esperaba la llegada de San Nicoás de Bari que, acompañada de un numeroso grupo de feligreses, recorrió las calles del pueblo para acudir al encuentro de la Inmaculada. Ya juntos, y ante los vítores de los alhameños, ambas imágenes fueron trasladadas en volandas por los vecinos de nuevo hasta el templo, donde ambas tallas ocupan lugares destacados como corresponde al hecho de tratarse de los dos santos patrones de la localidad almeriense.

La procesión de ayer servía para escenificar el regreso de la Inmaculada a su ‘casa’ y fue una de cisión adoptada por la parroquia y los feligreses organizar esta especie de procesión que ha servido tanto para devolver la imagen de la Virgen a su templo como para mostrarla a unos alhameños que esperaban el regreso de su patrona. Desde ayer, San Nicolás de Bari y la Inmaculada lucen de nuevo sus galas en el recinto parroquial.